Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Umbanda

Musikadelante

Cronista: Gentileza: Fernando "Chatarra" Fauszleger

10 de Junio, 2008

Musikadelante

Ensalada ardiente pa’ la gente

El quinto disco de este combo nacido a principios de los 90’s en la porteña Escuela de Música “Juan Pedro Esnaola” está producido por el cantante Gaspar Ortiz Maldonado y Matías “Chávez” Méndez, de Nuca. Hay varios invitados en el álbum: el hermano del guitarrista, Tavo Kupinski, violero de Los Piojos, tocando bandoneón, las cantantes Andrea Llama –del grupo Llama- y Ana Sol Torroixa -de La Candela Rumbasampler y Un kuartito-, y Alejandro Sokol, ex Las Pelotas y Sumo, que co-compuso (y apenas canta) el pesado reggae “Hombre dime”.
 
Un buen punto de partida para escuchar Musikadelante y comprobar la capacidad de Los Umbanda de (re) interpretar músicas diversas podría ser “Oh qué será?”, del brasileño Chico Buarque. Allí la banda de Paternal sólo respeta del original los platillos y la melodía mientras que reproduce la letra solo en parte: la oda dedicada al amor se mezcla con un rapeo urbano en el que el personaje, golpeado por el desamor, desgrana frases certeras como “Suena duro la piñata de mi corazón, tiembla de miedo se va nublando la razón”.

La música de fondo comienza con la guitarra jazzeada de Federico López Conde que arpegia y reverbera, la percusión y el bajo pujantes -Rodrigo Herraz Viglieca y Matías Kupinski- y Gaspar que expresa su desazón entre samplers de voces variadas. Para el último minuto Santiago Pérez Giménez –tecladista- parece inspirarse en la versión del “neoyoriqueño” Willie Colón porque el track deviene salsero al ritmo del “chika bom”, sin perder pizca del sabor brasilero y el trasfondo de reggae acústico.

En el álbum conviven composiciones grupales con creaciones de laboratorio, craneadas con talento por el cantante. Prueba de esto último es “Que se te meta”, una milonga dub que incluye el testimonio de trabajadores de la ex fábrica Zanon. Un contexto tanguero a pura criolla, piano y programaciones, con destellos de trombón, a cargo de Alejandro Gómez, y la voz del frontman desdoblada crean un clima oscuro y nostálgico que dejaría boquiabiertos a los Massive Attack.

El reggae luminoso está presente con “Feelboom”, medio cantado en inglés, medio en castellano. El collage sonoro recargado se toma un descanso aquí y disfruta un día playero. Es un viaje en avión para pasear un rato por Ocho Ríos, Kingston y La Habana.

En esta placa que mixtura reggae, rock, ritmos de folklore latinoamericano, dub y máquinas es difícil destacar canciones, ya que no hay fisuras en las quince que la componen. Nombremos sólo tres: “El motor”, “La caminadora" (tema de Los Zafiros, de Cuba) y “No + yucan”.

Esta “urban sound machine” se completa con Gustavo Montello en batería y Manuel Ruiz en bajo y en este álbum luce un ensamble instrumental muy sólido, con bases rítmicas cohesivas, muy buen trabajo al unir máquinas-humanos y una voz bien solvente. Las líricas salen airosas ya sea que buceen temáticas sociales, existenciales o espirituales: no caen en la obviedad y se funden con la música de manera consistente.

Seguramente la buena formación académica de los músicos se desarrolló luego con la exploración de otros ritmos y estilos, lo que sumado al pulso rockero, una visión amplia y absorbente de nuevas influencias y un decir propio convirtieron a Los Umbanda en un grupo que deja huella y abre caminos.

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