La Casatta
Sanfai
10 de Octubre, 2007
Nueve canciones en 30 minutos, el contundente disco debut de La Casatta.
En tiempos de etiquetar bandas, La Casatta se autodefine como“Rock/Reggae/Ska o lo que carajo salga”. Este particular enfoque permite jugar con diferentes estilos sin rendirle cuentas a nadie, aunque de aquella trilogía es el ska el género que predomina. El disco cuenta con la producción de Mario Siperman y Daniel Lozano, dos ex Cadillacs que habían demostrado sus cualidades con Turf y con esa promesa llamada Juan Rosasco.
La placa abre con “Último show”, un ska vertiginoso que descansa en un puente para que se luzcan el bajo de Fabricio Ciarlo y la batería de Sebastián Castro. Le sigue “Enloquecer”, con un increscendo rítmico que concluye en un furioso solo de guitarra de Julián Castro.
El reggae al estilo Las Pelotas asoma en “Sin Rebelión y “Libérame”, con una introducción de Daniel Lozano en trompeta. El grupo muestra su veta más rockera en “Esponja” y “Puñeta song”, con las guitarras distorsionadas bien al frente. “Entre dos” es la perlita del disco: un sonido que huele al under de los 80, un tema con estructura ricotera y sonido cadillac, todo en menos de dos minutos.
“Espejos” es un buen compendio del sonido de la banda: un viaje de ida y vuelta entre el reggae y el ska, y un cierre donde brilla el teclado de Siperman. El final es con “Musculordi”, donde la voz distorsionada de Sebastián Carril acompaña un ska marchoso con una letra de superhéroes bizarros y expresiones foráneas, deudora del Indio Solari.
El arte del disco muestra fotografías en sepia de un joven con chaleco de fuerza y en el interior del libro, este mismo personaje acompaña las letras en instantáneas urbanas a modo de historieta.
Con producción de dos Cadillacs e influencias de Sumo y Las Pelotas, La Casatta plasmó en Sanfai su amplio repertorio de sonidos, redondeando un buen disco debut.
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