Custodios
Puedo Desaparecer
12 de Septiembre, 2007
Custodios hace su debut con la canción como estandarte. Un disco que huele a hit por donde se lo mire.
El nombre de Custodios sale en realidad por el apellido de su cantante y guitarrista, Mariano Custodio, quien de vez en cuando sube al escenario para darle una mano a Los Tipitos. Sin embargo, “Puedo Desaparecer” (su primer disco) no se presenta estrictamente como un proyecto solista. Lo acompañan Nicolas Mucci y “Nano” (no Serrat precisamente) en guitarra, Ignacio Abad en el piano y Misael Hilal junto a Ignacio “Kiki” Ferreira en las bases (batería y bajo respectivamente). Igualmente, el protagonista es el muchacho con apellido de guardia de seguridad.
La idea del disco es sin duda ir con la canción como bandera de conquista. Diez en treinta minutos (el cálculo del promedio lo pueden sacar ustedes), arregladas de manera más que cuidada y con una lista inerminable de invitados. Difícilmente se pueda encontrar una sola nota fuera de lugar o un espacio para la introspección o la improvisación. Lo que sí hay son coros por doquier, melodías perfectamente tarareables y simpáticas, y estribillos como para dedicarle a la chica en la que no podés dejar de pensar.
Sin embargo, Mariano y compañía se las arreglan para mantener entretenido al oyente durante la media hora en que el disco se resuelve. En buena parte, por el constante ir y venir entre diferentes formas de encarar, justamente, la canción. Ese elemento que es sostén y al mismo tiempo armazón de su primera placa. Más allá de influencias obvias como la de Los Tipitos (que además grabaron en el disco), hay cosas de Los Enanitos Verdes con aire de 90’s (“Gitano”), una balada a voz y piano “made in Paez” (“Olas de tu amor”) y hasta un reggae. Este último, con un guiño claro a Los Abuelos de la Nada. No sólo por el sonido, sino porque además se titula “Mil Noches”.
Sin dudas, lo más destacable de “Puedo Desaparecer” es la capacidad para encontrar esos diferentes matices de canciones, para evitar caer en la repetición. Ya sea desde la parte más relaja de “No me lamento”, donde una simple guitarra acústica sirve como apoyo para las voces, a la dosis de electricidad en “Oro”.
Lo cierto es que más allá de que la propuesta de Custodios se centra en el hit apto para toda radio, logran su cometido sin recaer en lo extremadamente meloso. Se ha dicho que en la variedad está el gusto, y “Puedo Desaparecer” busca reafirmar esa teoría. Porque más allá de todo, no son poemas de amor con música de fondo, sino canciones. Con letras de romances rotos o concretados, pero que pueden sostenerse por sí mismas.
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