Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Un motor alimentado a rock…(independiente)

Cronista: Gentileza: Gaston Magallanes | Fotos: Beto Landoni

09 de Julio, 2006

Un motor alimentado a rock…(independiente)

Tres bandas tres. De pura cepa rockera. Simurdiera, Fisura2 y Cielo Final. Allá por los barrios de la Boca hicieron su presentación a todo corazón.

Entrar en el Teatro Verdi (o Rock Club) es cómo sumergirse en los abismos de los tiempos. Su barroca arquitectura y sus niveles de balcones generan una magia inusual para un reducto roquero. Y en este espacio fue que se presentaron 3 grupos para hacer explotar de adrenalina a todos los presentes.

Pasadas las 23 se escucharon los primeros acordes de Simurdiera. Los chicos criados en el oeste bonaerense encendieron el motor con “Controversia”. Con toda la esencia del under parieron un sonido bien de garage. Con una solvencia impecable El Negro (voz y viola), Pato (bajo), El Tano (viola) y Migue (batería) salieron al ruedo con otros rocanroles, tales como “Trampa”, “Evolución” o “Pintado”. Con un sonido bien efusivo fueron ganando en confianza y mostraron matices bien eléctricos… cada vez más potentes. También se despacharon con una perfecta versión del clásico de Massacre: “Plan B”.

La noche empezaba a tomar color cuándo los músicos se fueron dejando el escenario en perfectas condiciones para que Fisura2 tome la posta. En los intersticios que dejaban los músicos el clima no decaía. Un musicalizador de lujo iba generando un clima propicio para la noche: Led Zappelin, The Doors, y muchas otras bandas iban dejando su impronta con sus inoxidables canciones por los parlantes. Los grupos de amigos que se (re) encontraban generaba una fiesta muy familiar, muy barrial. El lugar se iba llenando cada vez más, tal es así que para el cierre eran muy pocos los espacios libres que quedaban.

Acto seguido se hicieron dueños de las tablas otros guerreros del under: Fisura2. Con violas hipnotizadoras y un cuarteto bien power siguieron presentando su disco “La Soledad de los creadores”. Con sutiles armonías, que se adueñaron de algunos temas, tocaron “Viejas Rocas”. Canción que fue dedicado a “la tía roquera”. A la base del cuarteto voz (Hernán)- guitarra (Roger)- bajo (Felipe)- batería (Toto) se sumaba la armónica heavy de Fede y la percusión de Julito.

“Ahora va a subir un amigo que se va a prender fuego con nosotros” , sentenció Hernán. Y la frase se hizo realidad. Pero con un fuego eléctrico de poder generado por los propios sonidos de los instrumentos. Fue así que subió el Chizzo de La Renga. Y se fundieron en solos y zapadas de otros tiempos. En conjunto realizaron una descomunal versión de “Salgan al sol”, de La Pesada del Rock & Roll, y “Doña Laura”, de Manal…Impresionante. Y para que nadie se quede sin homenaje, “Sucio y Desprolijo” (acá ya sin el Chizzo) de Pappo, sirvió para el cierre definitivo.

Ya todo estaba bien al mango. Sólo faltaba Cielo Final. Y ahí nomás se hicieron presentes para mostrar sus temas. Así fue que arrancaron con “Sentirse más que Dios”. El cuarteto fue creciendo a cada paso. Le siguieron otros como “Buscar en tu verdad” o “Palo a Palo”. Pero como desde abajo se veía que era una noche de amigos, arriba no sería distinto. De este modo el Chizzo irrumpió con todo otra vez, pero en una veta más ecléctica. “La calavera de la lujuria y la razón” fue el tema que unió a estos grupos de amigos.

El espíritu de los músicos independientes generó una comunión impecable. Sin sponsors, ni pulseritas de colores, unos cuantos presentaron una movida bien interesante. Tanto desde la música como desde lo personal. Arrastrando el corazón y soportando las restricciones, las tres bandas dejaron bien en claro que el rock & roll es puro sentimiento compartido.
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