Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Destruction

Qué tiempos (violentos) aquellos

Cronista: Gentileza: Pablo Gabriel Krause | Fotos: Beto Landoni

23 de Abril, 2006

Qué tiempos (violentos) aquellos

Tiempos Violentos, el programa de radio más importante dedicado al heavy metal, cumplió diez años al aire y Destruction, ícono del thrash alemán en los 80, fue el invitado de honor

El thrash metal marcó la década del 80 de principio a fin. Nacido a principios de la década en la costa oeste de Estados Unidos, alcanzó su auge en la segunda mitad de los ochentas. Para ese entonces se había propagado por el globo y Alemania fue uno de los países donde pegó más fuerte. Sodom, Kreator y Destruction fueron los principales exponentes del thrash alemán, que se caracterizó a lo largo de su historia por un sonido crudo y violento. A 22 años de la edición de Sentence of Death, su primer disco, Destruction llegó a El Teatro para encabezar el décimo aniversario de Tiempos Violentos, el programa de heavy metal más importante de la radiofonía local.

Como es costumbre en cada uno de los aniversarios del programa que conduce Gustavo Olmedo, precedieron a los alemanes algunas de las bandas más prometedoras de la escena local. Primero fue el turno de Avernal (quienes también telonearon a Deicide en febrero), y en segundo lugar Mastifal, que con tres discos en su espalda son sin lugar a dudas uno de los mayores exponentes del death metal en nuestro país, si no el más importante.

Luego de que Mastifal cerrara un show cargado de potencia y agresividad, la grilla continuó con el thrash de Serpentor¸quizá el más emparentado en estilo a los alemanes de Destruction. Más allá de que la banda no defraudó, es inevitable la comparación entre Emanuel Lescano (actual cantante) y su antecesor, y honestamente, se lo extraña a Guillermo Romero. Si bien Lescano está lejos de ser un mal cantante, incorpora algunos clichés de death metal que le quitan brillo al sonido thrashero que caracterizó a Serpentor a lo largo de su carrera.

A las nueve en punto (momento en el que comienza Tiempos Violentos, por Rock & Pop), el escenario se tiño de violeta y la característica escenografía de Demencial anunció la llegada de Horcas. ¿Qué se puede decir sobre Walter Meza y compañía que no se haya expresado antes? Sin lugar a dudas, la banda de heavy nacional con mejor sonido en vivo. No es novedad decir que sonaron impecables y con una potencia increíble, a pesar de algunos inconvenientes en el inicio, donde el redoblante sonaba demasiado fuerte y la guitarra de Sebastián Coria, demasiado baja. De cualquier manera, el carisma de Meza sobre el escenario mantuvo desviada la atención de los presentes hasta que Horcas logró alcanzar el sonido demoledor que los caracteriza.

Si bien se podía caminar con cierta tranquilidad en la parte baja del lugar, quince minutos después de las diez, estaba todo listo para la salida del mítico Schmier y sus compañeros de ruta: el legendario Michael Sifringer en guitarra y Marc Reign en batería. Teniendo en cuenta las características del thrash alemán que ya explicamos, la lógica hacía esperar un sonido demoledor y un volumen altísimo, sin embargo, durante la primera parte del show, uno podía conversar tranquilamente con quien tenía al lado.

Sin embargo, la lista de temas hizo olvidar rápidamente las dificultades de sonido. Después de Soul Collector (tema que abre Inventor Of Evil, la última placa de los alemanes), los clásicos empezaron a caer uno detrás de otro. Mad Butcher, Nailed To The Cross y el clásico de Release From Agony, Unconcious Ruins, hicieron que Destruction consiga meterse a la hinchada en el bolsillo de manera casi instantánea.

Recién en la seguidilla de The Ritual, Antichrist y Release From Agony, las dificultades de sonido fueron superadas y, una vez que la presencia de las guitarras se hizo sentir, sólo quedaba una cosa por delante: disfrutar de un show de puro thrash. Tanto por imagen como por sonido, Destruction parece seguir aún en la década del ’80, con el sonido violento, crudo y agresivo que los caracterizó a lo largo de su historia.

Al igual que la gran mayoría de las bandas que visitan nuestro país, los alemanes de Destruction no fueron ajenos a ciertos clichés que ya son característicos de las visitas internacionales. Desplegaron la bandera argentina al término de Thrash Attack, dijeron que quieren jugar la final de Mundial contra nosotros y aunque Total Desaster estaba planeado de antemano como el primero de los bises, Schmier “hizo” que le preguntaba al público qué tema querían escuchar.

A pesar de la visita de Megadeth en octubre del año pasado, hace tiempo que no se presenciaba en nuestro país un show de thrash “como debe ser”, es decir, con la potencia característica de la vieja escuela. Destruction era el indicado para ello y cumplió. Con una lista de temas que superó las expectativas de muchos, dejaron en claro que el thrash metal, aunque haya dejado atrás sus años de popularidad, sigue tan vigente como en la gloriosa década de 1980.
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