Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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La Mississippi

Una sana costumbre

Cronista: Augusto Fiamengo | Fotos: Gentileza prensa

10 de Octubre, 2020

Una sana costumbre

La Mississippi celebró sus 90 presentaciones en el escenario de La Trastienda. En su primer show a través de streaming, la banda ofreció un brillante concierto de la mano de sus clásicos y nuevas versiones.

El debut de la La Mississippi en la modalidad de conciertos vía streaming llega para saldar una cuenta pendiente. El festejo por los noventa conciertos en uno de sus hogares a lo largo de más de treinta años de trayectoria, La Trastienda, se encontraba programado originalmente para el mes de abril. Con el comienzo del período de aislamiento social, preventivo y obligatorio, el grupo trasladó la fecha a mayo y la continuidad de la cuarentena aplazó los planes de la banda, que finalmente regresa a los escenarios en la tarde de un soleado sábado de primavera. “¡A rockearla!” es la consigna que lanza Ricardo Tapia en la transmisión previa al inicio del concierto, y luego de una lista de dieciséis canciones puede decirse que La Mississippi cumple con creces, como de costumbre.

El primer tramo del show combina clásicos de los inicios del grupo como “Blues del equipaje” y “Café Madrid” con canciones que integran su último disco de estudio, Criollo (2017), como “La Montaña” y “Cuando el corazón te guía”. Juan Carlos Tordó en batería y Claudio Cannavo en bajo ofrecen su habitual solvencia y precisión en la base, mientras las pantallas permiten disfrutar de los inspirados solos de guitarra que elabora tema tras tema Gustavo Ginoi, una de los puntales en los que se asienta el sonido característico de la banda.

“En esta pandemia hicimos versiones. Nos pusimos creativos y salieron cosas buenas”, relata un Tapia que pasa de la guitarra eléctrica a la criolla y de la flauta traversa a la armónica, pero que en todas las canciones estampa el sello inconfundible de su voz. El cantante se refiere a “Valentín Alsina (ritmo y blues)”, que el grupo interpreta con aires latinos y en donde se destaca el gran trabajo de Gastón Picazo en teclados, y a una reversión de “Incidentes en la ruta”. Los músicos no olvidan a los artistas con los que crecieron y convidan el clásico popularizado por Muddy Waters “Babe Please Don´t Go”, con Tapia y Ginoi sacándose chispas en armónica y guitarra respectivamente, para minutos después regalar una apasionante versión de “Post-Crucifixión”, de Pescado Rabioso.

“A esta altura del show ya me estoy imaginando a la gente, el sudor humano… Mi imaginación me lleva a que esto esté lleno de amigos, haciendo despelote, cantando y bailando”, suelta Tapia entre canción y canción. Las referencias a la situación que se vive a escala global se vuelven inevitables, pero el cantante las expresa en clave esperanzadora y envía saludos a lugares tan distantes como Tucumán y Madrid, enalteciendo la posibilidad de llegar a través de la tecnología a diversos lugares del mundo.

La Mississippi toca con una energía desbordante y en el tramo final del show pisa todavía más el acelerador de la mano de “Matadero”, con soberbias ejecuciones de Tapia en guitarra y Picazo en órgano, “Búfalo” y “Un trago para ver mejor”. Definitivamente, en tiempos de pandemia, incertidumbre y dolor, el retorno de una banda acostumbrada al calor  de los escenarios resulta sanador.     

Sobre el final del concierto, las palabras de Ricardo Tapia no pueden sonar más oportunas: “Muchas gracias por haber compartido con nosotros este momento único de volver a tocar. Sabemos que están ahí, y saben que siempre vamos a estar acá para ustedes”. La Mississippi, con más de tres décadas sobre sus espaldas, se despachó con una impactante actuación para su público alrededor del mundo y, por si alguien lo dudaba, para dejar en claro que “está ahí” a pesar de la distancia, dispuesta a seguir iluminando con su música aún en tiempos de oscuridad.   

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