Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Tabaleros

No se vayan a dormir

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Paula Ruiz

16 de Febrero, 2020

No se vayan a dormir

Los Tabaleros regresaron al Teatro Vorterix para convertir la noche de domingo en una verdadera fiesta.

El clima caluroso de la tarde presionaba sobre la Ciudad de Buenos Aires y parecía que no habría salida posible para ganar unos minutos más al fin de semana, antes de regresar a la rutina frenética de los días laborables. Una vía de escape la ofrecían Los Tabaleros en el Teatro Vorterix, que se proponían hacer vibrar a todas las almas presentes en ese rincón de Colegiales.

Sin preámbulos, el grupo irrumpió en el escenario con el sonido de aves y golpes a los bombos legüeros que dieron el inicio a la celebración con un aire refrescante y rockero a la vez. “Turquesa” fue la que abrió el juego y el público empezó a delirar desde el principio, con bailes, saltos, cánticos, movimientos que se producían al compás de las voces y la música que provenía desde las tablas con la fuerza de un tornado en el medio de la pampa.

La primera parte de la extensa lista de canciones repasó principalmente Lolita (2013) y Tuy (2016). Tal es el caso de “El refugio”, “Avión de papel”, “Mancha de humedad” y “Bicicleta”, que tuvo como invitado a Martín “Mono” Fabio. El festejo de los y las presentes no se hizo esperar cuando el carismático cantante de Kapanga apareció en escena, y una vibra de rock se hizo sentir cuando se acercó al borde del vallado y se armó el pogo.

Más tarde, una versión de “Chakay manta” -original de Los Hermanos Ábalos-, fue dedicada en homenaje a Juan Carlos Saravia, el cantante líder de Los Chalchaleros, como una suerte de visita hacia las chacareras más tradicionales y un tributo a sus influencias. Luego, la segunda invitada de la noche fue Natalie Pérez, quien aportó su voz en “Escalera”.

Después de infinitos bailes, el conjunto continuó el camino a través de su más reciente larga duración, Chuy (2018). De ahí se escucharon “Amazona”, “Sirena vampiro”, “Aguará guazú”, “Vino en cartón”, entre otras. Nuevamente el “Mono” Fabio regresó al escenario en “El amor no existe”, para la locura de la sala, y luego de que termine esa canción toda la audiencia entonó el estribillo de “El mono relojero”, el hit que catapultó a Kapanga a fines de los noventa. Una clara muestra de admiración y gratitud hacia el cantante quilmeño.

Qué hermosa noche”, remató el cantante y guitarrista José María Martínez como conclusión de la velada. Pero la lista continuaría un poco más, con tres temas de su último trabajo, “Cacique”, “A las tres” y “Demonio paraguayo”. Una verdadera hinchada enloquecida festejó hasta el último minuto y demostró las ganas de que el recital se extienda más allá de las veinticinco canciones que fueron interpretadas con una pasión inigualable.

Los Tabaleros rompieron una vez más el escenario con esa mezcla de influencias que potencia sus presentaciones, desde el folklore más tradicional hasta el punk. La felicidad de la concurrencia quedó plasmada en los cánticos dedicados a la banda y se generó un ambiente que invitaba a continuar la fiesta por el resto de la madrugada, hasta donde el cuerpo lo permita.

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