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Daniel Melero

Daniel Melero: Clímax de medianoche

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Barbara Sardi

07 de Febrero, 2020

Daniel Melero: Clímax de medianoche

Luego de haber pasado por el festival Mar del Pop, el músico regresó a Capital Federal para mostrar reversiones y canciones roqueras transformadas, en La Tangente.

La noche que invitaba a una necesaria salida hasta las profundidades de la madrugada comenzó en una fecha en la que Daniel Melero, consola y sintetizador mediante, exploró una vez más canciones, texturas, melodías y sonidos con capas, tal como hizo desde los comienzos de su carrera allá por los tempranos años 80, para generar un clima especial a aquella velada que abría el fin de semana.

En esa sintonía, a medida que las personas ingresaban al recinto de la calle Honduras pudieron ver que en esta ocasión la apertura no fue con música sino con proyecciones que estuvieron a cargo de Ayar Blasco, que fue el creador junto a Juan Antín del largometraje animado "Mercano el Marciano", y esta vez introdujo a la concurrencia con animaciones psicodélicas del mundo absurdo del personaje "Chimbonga!".

Tras levantarse la pantalla que cubría todo el escenario, Melero y una marejada sonora invadieron el recinto. Los pulsos invitaban al baile y desde el principio, el movimiento que producía, la música se mantuvo inalterable hasta el final. Además, las canciones que iban una seguida de la otra, no dejaron lugar para el silencio entre las pistas y éstas hicieron que los cuerpos no tuviesen descanso durante aproximadamente hora y media.  

Pero no sería una fecha instrumental, sino que las canciones también tuvieron su lugar, aun cuando el ex Los Encargados cantaba en "Palabras", que éstas "todo lo infectan, definen las cosas pero no son ellas". La ironía formó parte del juego, como un estilo de composición que no sólo experimenta con los loops, la infinidad de posibilidades de los sintetizadores o de la computadora, sino también desde la lírica.

Hubo tiempo para reformular temas de otras épocas, como "Amor difícil" -publicado originalmente en Cámara (1991)- o "Sangre en el volcán" -de M (2002)- y traerlas al presente junto a otras pistas más nuevas, como aquellas editadas en uno de sus últimos larga duración. Así, desde tiempos más actuales, mostró "Así asá" y "MK Ultra", ambas de Cristales de tiempo (2017) y algunos simples como "Prueba el fuego", publicado en 2019 y el novísimo "El mal de San Vito", que vio la luz el 31 de enero pasado y que fue el cierre del recital.

Con un set compacto de doce tracks, Daniel Melero llevó tanto a los cuerpos como a la imaginación hacia paisajes sonoros desconocidos. Canciones travestidas, llevaron al futuro a aquellas pistas del pasado e invitaron a sumergirse en la noche, como una fiesta que parecía extenderse hacia el infinito. Y es hacia ese lugar donde la obra del polifacético productor parece dirigirse.

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