Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Ximena Sariñana

Lo bailado nadie me lo quita

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Gustavo Navarro

09 de Mayo, 2019

Lo bailado nadie me lo quita

Ximena Sariñana visitó por primera vez nuestro país para presentar su último trabajo, “¿Dónde bailarán las niñas?”, en Niceto Club.

Si bien la cantante y actriz mexicana Ximena Sariñana confesó que ya había conocido el club de la calle Niceto Vega en el pasado, esta vez lo pudo hacer desde arriba del escenario, en el que mostró al público argentino la placa sucesora de No todo lo puedes dar (2014), la cual fue publicada en su tierra natal el 1 de marzo de este año. 

La apertura tuvo a la colega local Natalie Pérez quien, en poco más de media hora, aprovechó para repasar su debut Un té de tilo, por favor (2018) y preparó el ambiente de la noche lluviosa con sonidos que gravitaban entre el pop, la cumbia, el folklore y hasta ska, a medida que el público ocupaba la platea del recinto.

Cuando las cortinas se abrieron se podía apreciar un decorado compuesto por globos con forma de frutas y capullos de flores con piernas humanas que sobresalían, una puesta con reminiscencias a la fantasía de la niñez, en coincidencia con el título del reciente trabajo de Sariñana y que dedicó “a todas las niñas y los niños”.

La mexicana eligió empezar ubicada en el piano para interpretar “Mediocre”, la pista que abre su primer disco -homónimo- editado en 2008; después dejó las teclas para continuar con “¿Qué tiene?” y luego “No sé”, ambas de su novísimo registro y la última cuya versión de estudio cuenta con la presencia de Girl Ultra, artista focalizada en el género R&B y también originaria de México.

Las colaboraciones en ¿Dónde bailarán las niñas? (2019) son frecuentes en un disco que justamente tiene una fuerte impronta femenina, es por eso que la cantante repitió en vivo esa consigna y eligió invitar a dos músicas argentinas. Primero, a la que fue su soporte esa noche, quien aportó su voz en “Si tú te vas” y después Silvina Moreno hizo lo propio en “Pueblo abandonado”.

La calidez de la audiencia no pasó de largo y fue agradecida por la solista en reiteradas oportunidades. Desde la platea se observaban muchas personas que acompañaron con el canto y aplausos cada uno de los tracks que sonaron en la noche. Si bien la mayoría fueron de su reciente trabajo, hubo oportunidad para rescatar algunos exponentes de los anteriores, que en su conjunto pasaron por diversos estados de ánimo, invitaron al baile y hasta expresaron frases en portugués.

Las once canciones dejaron con ganas de un poco más a la concurrencia y sus deseos fueron concedidos con un regalo de dos temas extra, “Lo bailado” -una declaración de principios- y otra de su primer álbum, “Vidas paralelas”, las que fueron aplaudidas con mucha fuerza mientras se veía a una artista feliz por el show que trajo a estas latitudes.

Un recital compacto pero que tuvo la fuerza de una cantautora que supo ganarse un séquito de fans en estas tierras y que desde hace diez años sigue, casi exclusivamente, el camino de la música con una obra que recorre una multiplicidad de sonoridades que van desde el pop hasta el hip-hop, pasando por la música electrónica y el dancehall jamaiquino. Dejó una promesa: regresar dentro de poco tiempo.

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