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Haken: Un elixir celestial

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Cynthia Ascani

28 de Enero, 2019

Haken: Un elixir celestial

Los ingleses llegaron a Argentina, por primera vez, mostrando las credenciales de porque tiene al mundo del prog a sus pies.

Desde que el género se creó de la mano de Fates Warning, la antorcha olímpica del metal progresivo sea ha ido pasando década tras década: primero con Queensrÿche, luego junto a Dream Theater y, ahora, está en las manos de Leprous y Haken. Este último sexteto londinense formado por Ross Jennings – voz-; Richard Henshall – guitarra-; Raymond Hearne – batería-; Charles Griffiths – guitarra-; Diego Tejeida –teclados- y  Conner Green – bajo-, llegó para regalar una bocanada de aire fresco. No por nada, Mike Portnoy (un referente del prog) los eligió para que los acompañe a interpretar la Twelve Step Suite de Dream Theater en la gira The Shattered Fortress.

Haken acaba de lanzar su quinto álbum Vector (2018), basado en el psicoanálisis, por eso sobre el fondo del escenario se proyectan en rojo y negro las típicas manchas de tinta del test de Rorschach, que también ilustran el arte de tapa. La “Guillaume Tell Ouverture” de Rossino genera esa ansiedad y sensación de persecución que va de la mano de la historia del disco: Un doctor maníaco y perturbado que le da electroshock como terapia a un paciente, desenterrando en él una gran cantidad de pensamientos oscuros, perturbadores sumados a los recuerdos de su pasado, mientras trata de superar sus problemas.

El triple slap (dos guitarras y bajo) retumba en todo Groove dándole vida a “The Good Doctor”, mientras la grandiosa voz de Ross Jennings se acomoda en el mezcla; en continuado, le siguió “Puzzle Box”, retomando los riffs pesados y la oscuridad narrativa con la que comenzó el show. En un salto al pasado, Haken también repasará “Falling Back to Earth”, uno de los temas de su disco de quiebre -The Mountain (2013), en donde los ruidos de videojuegos y sonidos emblemáticos producidos por la quimera del teclado de Tejeida, sumados al tapping majestuoso de Richard Henshall, conforman los adornos para los complejos ritmos que conduce Hearne desde su batería.

El setlist trae ahora el hit del grupo, “Cockroach King”. Una juguetona composición inspirada en Gentle Giants y Queen, en donde la yuxtaposición vocal de todos los integrantes se logra perfectamente con un contrapunto excepcional, y en la cual el público acompañó hasta que la disonancia, el jazz y los pasajes virtuosos se adueñaron del momento.

Con “1985” y la plena influencia de Rush en la intro llena de nostalgia retro, los ingleses viajaron a la década de los 80, y Jennings (portando unos lentes verdes que podrían ser parte de la película Tron) se lució con la entrecortada melodía, mientras que Tejeida aprovechó para usar su Keytar y lanzar solos al por mayor. En el epílogo, Haken reprodujo de forma exacta el épico track de 15 minutos “The Architect”, una pista que demuestra que el grupo es una de las secciones rítmicas más sólidas del momento. Para dar cierre con otra maratónica composición de 19:42 minutos, -”Crystallised”-, llena de contratiempos y la locura a la que ya estamos acostumbrados.

Haken tiene el mundo del prog a sus pies, por eso tenerlos en Argentina dando un excelso show fue un privilegio. Sin embargo, el único sinsabor que dejó su vista fue el hecho de que no hayan podido interpretar la kilométrica “Celestial Elixir”, porque el show arrancó más tarde de lo pactado.

 

 

 

 

 

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