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Mala Fama

Así me hice Mala Fama

Cronista: Ariel Andreoli | Fotos: Cynthia Ascani

22 de Diciembre, 2018

Así me hice Mala Fama

¡Ritmo, sustancia, cumbia y nada más! La banda liderada por Hernán Coronel armó una fiesta terrible por sus 20 años en el Teatro Ópera y, en Revista El Bondi, no queríamos dejar de agitar el avisperou.

“¡Esto parece el baile!”, dijo sonriendo una chica al ver cómo se apuraba la mayoría para sacar las entradas en ventanilla, como si el Teatro Ópera fuera un boliche más.

Algunos fueron con remeras de Iron Maiden y Pink Floyd, otros con rastas, ropa deportiva y camisetas de fútbol, un par vestidos con ropa como para salir de noche: esa diversidad dejaba más que en claro que Mala Fama traspasó todos los estilos posibles.

Dentro del recinto, la gente hablaba imitando al líder de la banda con sus frases celebres y además, cantaban estrofas de “Made in Argentina”, clásico de su primer álbum, para matar la espera.

Pasados 15 minutos de las 21, todo se puso oscuro y los músicos de la banda salieron a acomodarse sobre el escenario, mientras de fondo se podían divisar fotos del grupo en estas dos décadas de vida que festejaban.

Simil al Cristo Redentor del cerro del Corcovado en Río de Janeiro, la sombra de un Hernán Coronel gigante con los abrazos abiertos se divisaba en la pantalla de fondo, mientras el verdadero aparecía para entonar “Estoy de nuevo”, para delirio de los fanáticos. Pegadito, “Soy Mala Fama”, himno nochero y cumbiero de cualquier boliche de la Argentina de las últimas dos décadas. Mala Fama de alma y corazón.

Además de su simpleza y humildad, una de las características del líder es que siempre hizo saber que tiene muchas influencias en otros estilos, como por ejemplo, el rock nacional. Hace un tiempo dijo que su sueño era tocar en vivo con Andrés Calamaro sobre un escenario. Frase que llegó a oídos de El Salmón y lo contactó para estar presente en los festejos de los 20 años.

“Siempre supe que la sagrada musiquera iba a unir a la gente humilde”, decía un Coronel nervioso como un niño, mientras la gente aplaudía y Calamaro sonreía con su remera de Independiente a cuestas, mientras la banda hizo sonar la melodía de “Tuyo Siempre”, para cumplir el sueño del malafamero.

Terminada la canción, El Salmón lo llenó de mimos resaltando su personalidad, y dejando a Coronel, emocionado. Siguiendo en ese clima, ambos interpretaron “Cochi Nini”, una de las últimas canciones publicadas por la banda, editada este año. Pidiendo un fuerte aplauso para “Andrezuelo” (sic), Calamaro se retiró del escenario sólo por un rato ya que después volvió a aparecer en escena para saludar a Coronel porque se retiraba del Ópera, pero antes, se tiró al piso y le hizo alabancia, en señal de afecto, eliminando cualquier barrera posible.

Luego, el tecladista Nacho Godoy tomó el mando de la situación con sus sonidos y “Gorra Basura”,  “El Soguero” y “Vos querés“, dijeron presente en un Ópera que cantaba cada tema como si fuera el último.

Un montón de imágenes con logos de la banda, dibujos de Hernán, frases y tatuajes eran pasadas en la pantalla de fondo mientras empezaron a sonar los primeros acordes de otro de sus clásicos de la primera época: “Cabeza de Tortuga”. Un clásico.

Llegando a la primera hora de show y en plena éxtasis, subió al escenario Carlitos, el amigo de la banda --famoso por la canción "La motito de Carlitos"- con una bandeja llena de diplomas. Además, subió una persona vestida con el logo de “La Mágica”, la ya clásica fiesta que realiza en Groove y Palermo Club todos los meses, donde Mala Fama suele tocar seguido (y se puede decir que es local) y patrocinó la fecha de la banda en el teatro. Además, fiel a su estilo, habló de la situación del país y automáticamente, el hit del año, el inoxidable MMLPQTP, sonó fuerte y claro, para que se escuche en qué situación está la gente.

La entrega de diplomas duró alrededor de media hora. Con ella, el artista quiso agradecer a todas las personas que fueron parte fundamental para la banda y su vida personal. Por las tablas pasaron ex representantes, familiares, músicos y amigos, con momentos muy emotivos como cuando subió a su nieta y después a su madre, a la que le pedía que le cocine sus conocidos guisos.

La primera parte del show terminó y la gente estaba ansiosa luego de ese parate largo impensado. El telón volvió a subir y apareció en escena el Tumba Vasos, el padre de Hernán, quien llegó tarde para la entrega de diplomas pero enseguida se puso a vacilar mientras sonaba el güiro, y regalaba torta fritas a la primera fila y una de las beneficiadas fue ni más ni menos que Miss Bolivia. 

La segunda parte fue alternando clásicos con temas de los últimos discos editados por la banda, a partir de su regreso en 2008, luego del parate por seis años.

“Ha pasado el tiempo”,  “¿Qué te pasa, calabaza?”, “Qué raro que me siento” (con la cantante Lulú Jankilevich, la misma que interpreta el video de “Cochi Nini”) y la siempre festiva “La Ladilla” hicieron que la fiesta volviera a estallar.

La sorpresa de todos fue cuando apareció en escena Marcela Morelo con su charango para dar cátedra con su voz e interpretar en dueto con Hernán, “La resaca de tu amor”. “¡Marcela Morelo está agitandou el avisperou!”, gritó Coronel, emocionado y feliz por la fiesta que estaba logrando. Pegadito, hicieron el hit de la cantante,  “La fuerza del engaño” y todo fue un carnavalito festivo y cumbiero.

Después del hiper coreado “Mi alegría” y para que todo siga en su lugar, la última canción estrenada, “Gordo Rata”, empezó a sonar. Para ello, pusieron el video oficial de fondo y apareció un Power Rangers rojo, para demostrar que era el rey de la bailanta. No obstante, cuando parecía que no, de costado apareció rapeando Dante Spinetta, para darle a la canción todo lo que necesitaba. Los aplausos estallaron y el abrazo Spinetta/Coronel pareció eterno. Para despedirlo, Hernán se encargó de contarles a todos que Dante es un gran músico y que “también lo fue su padre, Luis Alberto. Si no lo conocen, búsquenlo que lo van a disfrutar”. Además, agradeció a los invitados y terminó con una frase de esas que muestran su nobleza: “Acá nadie vino por la plata. Todo lo que se hace es con amor y por amor. El amor de la sagrada musiquera”. Sonó “Duro, duro” y la segunda etapa del show llegó a su fin.

El telón cerrado sirvió de fondo para un nene que se subió al escenario a leer un poema. Iluminado, hizo sentir con sus palabras, todas las voces que no siempre son escuchadas: “(…)Somos lo que no muestran los medios. A duras penas, somos una maravilla. Somos la gente, somos la villa”. Entre aplausos y emoción, se retiró para dejar a todo el Ópera pensante.

Un vídeo con un Papá Noel de fondo fue el principio del último momento del show. Con la voz modificada, el hombre de los regalos versión argenta, volvió a criticar al presidente actual, su gestión y todo el mal que le están haciendo a las clases más bajas.

El elegido para abrir la tercera parte fue nada más y nada menos que “Made in Argentina”, ese mismo tema que habla de amor a Diego Maradona y al vino por igual. El final venía con todo así que “Me hice Mala Fama” puso a al público a bailar entre las butacas. 

Los asuntos sociales de la actualidad lo tienen siempre atento. Por eso, no escapó de hablar sobre el aborto legal, seguro y gratuito. Pidió por la ley, la gente apoyó la causa con cánticos y el escenario se puso verde para que todo esto sea entendido. Acto seguido, Re Fantasma subió para interpretar “Yo uso visera” y quedó más que claro que no son deportistas sino de la vagancia.

El final guardaba las tres canciones más populares de la banda. La primera, “La Marca de la Gorra”, un tema que quedó en el inconsciente de la gente, no sólo por los sonidos del teclado característicos, sino porque a pesar de haber sido editado hace más de 20 años en su primer disco, no falta en ninguna fiesta ni en ningún cumpleaños.

La segunda fue “La Motito de Carlitos”, con el personaje que le dio vida a esa letra tan cruel como graciosa, que subió a andar en bicicleta entre los músicos. Cuando este tema fue editado en 2012, revolucionó las redes sociales con un vídeo que se hizo viral en pocas semanas.

La última fue “Guampa Chata”, la graciosa historia del amante desenfrenado, que poco le importa las consecuencias. Un clásico de la cumbia local que tuvo una versión más extendida y hasta tuvo la participación de Yoli, una fanática de la banda de 80 años, que hasta llevó un cassette que su nieta le había grabado en su momento, para que los escuchase.

El telón comenzó a cerrarse y la banda se despedía con alegría. Más de tres horas de show, con grandes invitados de distintos géneros musicales, que dejaron más que marcado el logro que logro Mala Fama, en todos estos años: cruzar toda frontera posible. Además, su público es variado porque abolieron las clases sociales. La banda de Hernán Coronel y cía., apareció en un momento donde ellos eran la voz (junto a otras bandas de la cumbia) de los más humildes, de los barrios más bajos, una especie de respuesta combativa a la crisis social de ese entonces. Hoy, con 20 años encima, se convirtieron en un fenómeno popular que divierte a todos. Pero a no confundir: ellos nunca se olvidan de donde vienen. ¡Felices 20 años agitando el avispero, Mala Fama!

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