La lucha es con alegría

Nos vamos a morir de hacer estrategias de amor (2018) fue presentado en sociedad en el edificio histórico del teatro Margarita Xirgu por Los Rusos Hijos de Puta -o Lxs Rusxs Hijxs de Putx-. El sucesor de La rabia que sentimos es el amor que nos quitan (2015) mantiene aquel sonido crudo y potente característico de la banda pero a la vez con una cierta dosis de pop -hasta de ritmos bailables-, que ya se encuentra desde julio en las plataformas digitales y convocó a una multitud para gritar, bailar, saltar y declarar amor por cada integrante.

El soporte estuvo a cargo de Sentidos Alterados, quinteto formado en 2016 que ya cosechó dos EP’s,  Ensayo Primero y Vibró, publicados en mayo y noviembre de 2017 respectivamente. Las raíces punk hardcore evolucionan a un post-wave mezclado con percusiones otorgándole un toque que remite a aires africanos, el precalentamiento perfecto para la sala.

Un pequeño discurso introductorio -en rigor, una declaración de principios- fue lo que dio paso a que los cuatro rusos se posicionen en las tablas y desplieguen su energía a todas las personas que esperaban con ansias un espectáculo especial con invitados e invitadas, como sucede en todos los recitales del conjunto.

“Soy horrible”, tal como en su flamante material, abrió el juego y a continuación interpretaron una seguidilla de tres canciones de su registro anterior para volver a exhibir otras pistas del más reciente como “Quiero cortarme”, “El sabor de lo nuevo” y “Capilla del Monte”. Esta última tuvo la participación de Guillermo Beresñak, quien además tuvo el rol de productor y artífice de esa tintura pop que cubrió la placa en cuestión.

Los festejos de las/los presentes se intensificaban a medida que avanzaba la lista y en paralelo con lo que mostraba el grupo. El siguiente invitado de la noche fue Francisco “Fradi” Ocampo que ocupó el rol de guitarrista en “Porquería” -de Nos vamos a morir…- y más tarde en “Carmelo”, del EP debut Hola (2013). Luego de que suene “Luna” -con un interesante acompañamiento de violonchelo- vino el intermedio.

En ese breve descanso del cuarteto, Lola y el Palomo, entretuvieron a la masa con su electrónica experimental-vocal. No había lugar para tiempos muertos ni manera de frenar la intensidad que provenía del escenario, conjugada con los saltos y la alegría del público.

Otra invitada a la fiesta fue Barbi Recanati quien se sumó en “Fancy”, y se fue con una notable ovación, hasta con declaraciones de amor desde la platea. Un elemento clásico de un recital de rock es la zambullida en los/las fans, justamente lo que hizo Luludot Viento en las primeras estrofas de “Insistencia”. Feli Molina acompañó con su voz en “Cascada”, tercer track de su último LP. Así, se alcanzó el clímax de la fecha con toda la sala a los gritos.

La alternancia entre el pogo y el baile ganó protagonismo cuando sonó “Parawita”, la más bailable de su tercer álbum. Los agradecimientos tuvieron mucho énfasis por parte de la cantante antes de interpretar la enérgica “Poca cosa” y cerrar con “Bien bien bien”, esta última proveniente del predecesor al actual larga duración.

Los shows de Los Rusos HDP se caracterizan por una energía que desborda el espacio donde se encuentran y se vuelven una experiencia física que explota. Una búsqueda por medio de la música, de la alegría y de la resistencia a etiquetarlo todo para mostrar la diversidad que se encuentra en todos los ámbitos de la vida. En este presente que vivimos, más que nunca.