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Peter Hook

Juego de sombras

Cronista: Juani Lo Re | Fotos: Gentileza prensa

09 de Octubre, 2018

Juego de sombras

Peter Hook sigue repasando lo mejor de la discografía de New Order junto a su banda The Light. Esta vez le tocó el turno a los discos Technique y Republic. También sonaron los clásicos de Joy Division.

A más de dos años de su anterior visita, Peter Hook volvió a deleitar a sus fanáticos junto a su banda The Light, con un show que fue en un in crescendo pronunciadísimo. Su visita se le sumó a una semana de oscuridad de la mano del show de Nick Cave en el Malvinas Argentinas y Peter Murphy de Bauhaus también en el Vorterix.

Cerca de las 20:30 horas dos tercios del Teatro Vorterix ya estaba lleno (pero que tampoco se llenaría mucho más). Con una puntualidad británica, el exbajista de New Order y Joy Division apareció en escena con unas bermudas y una remera negra.

This is Regret”, soltó antes del clasicazo de Republic (1993). Le siguieron otras gemas como “Times change” y “Young offender”. Hasta ahí el público siguió el show tibiamente. De hecho se trata de un disco sobre todo tranquilo, pero luego el recital fue creciendo en intensidad.

Tras terminar con la totalidad del CD, la banda se retiró por un momento para volver y comenzar con las canciones de Technique (1989). Con melodías más tecno-pop y menos oscuridad que Republic, la gente de a poco fue soltándose y animándose a bailar.

Con un estilo amargado y una forma tosca de tocar el bajo, Hook creó intensos pasajes musicales que se pudieron escuchar en “Run” y “Vanishing point”. De hecho, Hook no es otra cosa que un bajista punk tocando new wave.

Su hijo Jack Bates bien lo acompañó con otro (¿necesario?) bajo, y el baterista Paul Kehoe no tuvo nada que envidiarle a Stephen Morris. El que merece una mención aparte es el guitarrista David Potts, que cantó la mayoría de las canciones de New Order e imitó a la perfección los riffs de Bernard Sumner, hoy enemigo público número uno de Hook.

Un punto a mejorar fue el austero juego de luces. Al ser un show internacional, uno podría haber esperado un combo visual que acompañen mejor el clima de cada canción, y no sólo una pantalla que rece “The Light” con el símbolo de Vorterix atrás. Como contrapunto, todo el protagonismo quedó en manos de las canciones.

Tras desaparecer de la escena por segunda vez, la banda volvió para un tercer acto que fue el mejor momento de la noche. Con un set de hits ochenteros de New Order y Joy Division, Hook se metió al público en el bolsillo y el teatro fue un caos total.

“True Faith” convirtió al Vorterix en una disco bailable pegados a "Temptation" y "Ceremony", y hasta algunos fans revolearon sus remeras al escenario. “She Lost Control” y “Shadowplay”, ambos de Joy Division mantuvieron la oscuridad de las versiones originales.

Y cuando más de uno esperaba por “Bizarre Love Triangle”, la canción elegida para cerrar el show fue “Love will tear us Apart”, con un oscuro y nervioso pogo del cuál Ian Curtis hubiese estado orgulloso.

El show de Hook fue digno para fanáticos. En dos horas y media, repasó dos discos icónicos de New Order tocados en su totalidad y además los hits de Joy Division. Para el que se quedó con las ganas, habrá que esperar a New Order que tocará en el Estadio Obras en noviembre.

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