Una promesa hecha realidad

Frío. Crisis socio-económica. Eliminación mundialista. Varios frentes abiertos y pocas sonrisas en la calle; sin embargo, Barco fue responsable de crear en el tiempo un vórtice pop, con ribetes bailables, para la buena canitidad de público que se dio cita en Niceto el sábado por la noche. Un stand-by para la tristeza y la apatía.

"Creo que no llueve más", "Era es será" y "Antes del desmayo", fueron los temas elegidos para abrir un show que no defraudó bajo ningún punto de vista. Y si bien el recital tuvo como objetivo despedir su último trabajo discográfico -Era es será-, también estuvieron presentes las canciones de sus primeros materiales dejando en evidencia la versatilidad adquirida con el paso de los años.

La elegancia de la banda para ejecutar cada tema y sonar igual, o mejor, que en los discos fue otro de los puntos altos de la formación que supo ser revelación y que hoy es una de las mejores realidades de la música local. Por otra parte, la frescura escénica de Alejandro Álvarez para desenvolverse sobre el escenario mostró, además de su talento, el crecimiento artístico que hubo respecto de aquel joven algo tímido de los comienzos. 

La buena concurrencia de público también dejó ver otro de los aspectos interesantes a la hora de analizar el buen momento que atraviesa Barco: en tiempos en los que la economía sacude los bolsillos y el público elige en forma más selectiva las propuestas musicales, que la banda siga logrando mantener la buena cantidad de espectadores, demuestra el grado de fidelización y reconocimiento para con ellos.

Renovación. Calidad. Realidad. Esos sean, posiblemente, los mayores atributos de una de las bandas con mejor presente en la escena local y un futuro aún mas brillante.