Havok
Sobredosis de thrash
13 de Junio, 2018
La banda estadounidense estalló Uniclub en su segunda presentación en suelo argentino.
Muchas personas asocian el término thrash con la palabra “basura”. Pero, en realidad, la palabra anglosajona para “basura” es trash. El concepto thrash, aunque suene parecido, se traduce de forma muy distinta: significa golpear, azotar, mover o agitar violentamente. Y todo eso es precisamente lo que hizo Havok el miércoles en Uniclub, en la presentación de su más reciente disco de estudio, Conformicide (2017). Ah, hablando de traducciones, havok (havoc, en rigor), significa “destrucción”, y no es una mera coincidencia.
Mientras a sólo unos kilómetros de distancia, la Cámara de Diputados debatía en el Congreso de la Nación el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en el barrio del Abasto la huestes metaleras se reunían para asistir al segundo show de Havok en Argentina. El grupo que encabezó a principios de siglo el movimiento de resurgimiento del thrash metal, junto a otros grandes exponentes como Violator, Toxic Holocaust y Municipal Waste, dio inicio al desenfreno con “Fatal Intervention”, de Time is up (2011).
A continuación fue el turno de “Hang ´em high”, el primero de los cuatro de Conformicide que formaron parte del repertorio (los otros fueron “F.P.C.”, “Ingsoc” e “Intention to deceive”), y las luces verdes del bajo de Nick Schendzielos brillaron a tono con la marea que inundaba las calles adyacentes a la Plaza de Mayo en una velada histórica para nuestro país. La intensidad intransigente del thrash metal old school ofrecido por Havok se imponía con contundencia, y encontraba competencia únicamente en la multitud que abarrotó el Uniclub, con jóvenes en camperas de cuero o chalecos llenos de parches que se arremolinaban en el centro del campo y saltaban hacia y desde el escenario sin solución de continuidad.
En la jornada en la que también se festejaba el cumpleaños de David Sánchez (voz y guitarra), los estadounidenses sólo tocaron temas editados desde el 2011 en adelante. Tal vez tenga algún vínculo con el hecho de que es justamente el líder el único miembro fundador que permanece en el conjunto, mientras que sus tres compañeros se sumaron a partir del 2010. De entre ellos, el más inspirado fue Pete Webber, quien atacó la batería con ferocidad y con su torso al viento durante la mayor parte del recital, a pesar de que la sensación térmica en la noche porteña llegó a coquetear peligrosamente con los 0°.
Como alguna vez dijo Pedro Arcanjo (voz y bajo en Violator): “los recitales de thrash tienen que ser así, cortos pero intensos”. Más temprano que tarde, Havok se arrimó a la conclusión de un concierto que se extendió por apenas un poco más que 70 minutos. Las canciones elegidas para un cierre que se transformó en el cenit de la tormenta perfecta fueron “D.O.A.” y “Time is up”, ambas del álbum homónimo de esta última, que acaparó casi la mitad del setlist.
Con una formación clásica de batería, bajo, viola, y voz/guitarra, Havok sigue echando mano de los elementos más puros y tradicionales del thrash metal con convicción, interpelando así a un joven público que hace muchos años se enamoró de Metallica o Megadeth, pero hoy le presta su oído a la óptica fresca y moderna de las bandas que resucitaron a un sub-género que parecía agotado.LEER MÁS
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