Encuentro de pop

Gonzalo Moreno Charpentier, -alias Bambi-, es la mente maestra detrás del éxito radiofónico de las canciones de Tan Biónica. El ADN de sus composiciones, que respeta la estructura de doble estrofa/estribillo/puente/estribillo con rima asonante y bombo en negra, se impregna en la corteza cerebral como un chicle en la suela de un zapato.

Esto le sale de taco, demostrado en casi 15 años con su ex grupo y con su disco debut El Encuentro (2017), un material de 10 canciones de su autoría que rápidamente rotaron en las radios locales. Pero una vez superada la prueba de estudio había que pasar el fuego del vivo, y cumplió con creces. El viernes a la noche brindó un show de una hora y media en La Trastienda en la que hubo muchas sorpresas.

Para la hora del recital el piberío biónico ya estaba amontonado cerca del escenario. No solo los pibes, sino padres y hasta abuelos que se acercaron a ver un show muy familiar. A las 21.30 se apagaron las luces y entre los gritos (en su mayoría de chicas púberes y adolescentes), el inoxidable riff de “Seven Nation Army” de White Stripes abrió el telón dejando entrever una colorida humareda.
Al fondo de todo, sentado como un monje zen, Bambi contemplaba a su público antes de dar inicio a “Laiton”, primer tema de 20 que tuvo el repertorio.

Con un importante juego de luces más una pantalla que simulaba un teléfono celular filmando todo lo que pasaba, fiel imagen de esta época, el cantante se puso al frente de un cuarteto que juega a un synth-pop melódico que nada tiene que envidiarle a Tan Biónica.

Después llegaron los primeros invitados de la noche: “Lo Nuestro” contó con la colaboración virtual de la cantante chilena Mon Laferté y Emanero apareció para rapear unos versos de “700 toneladas”, tema incluido en Hola Mundo (2015), de la banda que compartía junto a su hermano Chano.

Un piano luminoso apareció en medio del campo para que Bambi improvise un segmento unplugged con toda la gente alrededor. En formato de café concert a la carta, pidió que le sugieran canciones y él accedió entusiasmado.

Así pasaron rápidos versos de “Pastillitas del Olvido”, “Pétalos” y “Tus ojos mil” construyendo un medley biónico, que culminó con la participación de un fan cantando “Ya no estoy solo” junto a él en el piano.

De nuevo sobre el escenario, “Uno” desató un púber-pogo con aroma a perfume y brillantina. Y para que la locura de las chicas sea completa, Benjamín Amadeo apareció para cantar “Color”, corte de difusión del disco. Luego el actor y cantante se sacaría decenas de fotos junto a sus fans.

Bajo una ola de alaridos, el Chano apareció para interpretar “Obsesionario en LA mayor” junto a su hermano, mostrando que la química sigue intacta y anunciando que el show estaba llegando a su fin. Fue el clásico “La Melodía de Dios” seguido de “Cuando despiertes” que marcó el fin de un recital de una hora y media al que no le faltó nada.

Bambi pasó por La Trastienda por segunda vez, dando un gran show sostenido con la fuerza de canciones que se bancan el vivo y una banda que se acopla perfectamente al sonido que busca.