De pie y entero

“Una canción cae sobre mí”, canta Juan Rosasco al principio del último tema antes de los bises, al lado de un Leo García sonriente que ayuda con una performance exquisita. Veinte canciones habían caído ya sobre una Trastienda repleta y la que da nombre al nuevo trabajo anticipa el falso final.

Eso es lo que ofrece Juan Rosasco en Banda, canciones, ni más ni menos. “Calabaza”, otra novedad, inauguraba una larga lista que iba a resumir perfectamente el recorrido de estos más de trece años. La esperanza con “El club de los hombres nuevos”, la vida cotidiana con “Oscurito” (la más vieja de la noche), la desigualdad social con “Por su peso” (“si de un lado sobra, del otro falta”) o el amor con “Milanesa”.

El viaje musical sube y baja constantemente. La calidad se reluce más que nada en los momentos más tranquilos e introspectivos como “Canción para Teté” o “Borrosa”, ambas comandadas por la voz de Paola Acosta, o la emocionante “Toxi”. Pero lo que más contagia sin dudas es cuando la temperatura sube y el costado cancionero ubica a la banda en una perfecta y consolidada nueva opción a aquello que en los últimos años fue comandado por Turf, Los Tipitos o Estelares, entre otros. “Un nuevo río donde hundir”, la ya citada “Niebla de otoño” y el cierre con el hit “Hipnosis” son un claro ejemplo.

Pero el punto más alto antes de los invitados se da al principio, en el sexto tema, cuando “21 primavera” hipnotiza La Trastienda y nos transporta con dolor hacia aquellos lugares más oscuros de los tiempos más oscuros de nuestra historia. “Escucho gritos del cuarto de al lado que mis madrugadas no pueden callar, no quieren callar y no deben”. El Nunca más de Juan Rosasco en Banda en esta canción es tan desgarrador como perfecto.

El final es puro agite de la mano de Leo García con quien también hacen su “Tesoro”, y los bises junto a Raul Ruffino y Willi Piancioli de Los Tipitos para cantar “Silencio” e “Hipnosis”, la canción con ese estribillo de “se detiene el reloj si se acaba el amor” que se hizo escuchar en varias radios y canales de TV.

La ovación es unánime, la alegría desde arriba del escenario contagia a todo el lugar y se cierra una perfecta noche para Juan Rosasco en Banda. Excelente sonido y puesta de luces, invitados de lujo, calidad y calidez musical, y sobre todo, grandes canciones. La curva ascendente de esta banda parece seguir su curso constante, y es un buen augurio para la canción argentina.