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Buena Vibra

¡Vibra lo emergente!

Cronista: Juani Lo Re | Fotos: Gentileza: Prensa

09 de Marzo, 2018

 ¡Vibra lo emergente!

El viernes se realizó una nueva edición del Festival Buena Vibra en Ciudad Cultural Konex. Louta fue la atracción principal de una grilla que contó con Coral Casino, Perras on the Beach y Poncho. También hubo artes plásticas, juegos al aire libre y foodtrucks.

En el patio del Konex cuatro amigos jugaban al fútbol-tenis con una pelota fluorescente. A escasos metros una pareja se reía jugando al ping pong. Cientos de jóvenes paseaban, con un cigarrillo o una cerveza en su mano, riéndose, contándose anécdotas, conociendo gente. Sobre ellos, unos equilibristas con trajes de neón al estilo Tron ponían a prueba el vértigo de la gente sobre una cuerda floja que atravesaba el predio.

Pocos minutos después de las 23 dieron puerta para que la cola que terminaba en la esquina se moviera rápidamente. A las 23.30 estaba pautado que Coral Casino inaugure el ciclo musical, pero por alguna razón, toda la grilla se movió una hora y el festival empezó pasada la medianoche.

El patio estuvo lleno de juegos de arcade, incluido el mítico Daytona, en donde cuatro amigos corrían la carrera de su vida. Bien cerquita, dos jóvenes luchaban a muerte en una pelea callejera de, sepan disculpar la redundancia, Street Fighter. Mientras tiraban combos a lo loco, detrás de ellos la gente de Prana Peluquería les cortaban el pelo a algún voluntario/a queriendo hacerse algo novedoso. Y, como ocurre siempre, salían con algo totalmente opuesto a lo que querían.

Pasadas las 00 horas el dúo Coral Casino abrió el escenario indoor con una propuesta que está pegando fuerte en estos tiempos: el trap. La pantalla rojo furioso dibujaba las siluetas de Lara Artesi y Roque Ferrari que abrieron su set con que abarcaron canciones de sus breves EP’s.

Apoyados en una base beat de hip-hop y rap, Artesi disparaba palabras con las precisas intervenciones de Ferrari en canciones como “Summer Romance” y “Ni Ke (Fuera un Santo)”. La propuesta de este dúo mixto deberá rebuscárselas en una época donde cada vez más artistas de este género se están dando a conocer.

En el escenario outdoor, donde no hubo movimiento alguno, solo había una pantalla grande que rezaba: “Festival Buena Vibra”, ya que allí sólo se puede tocar hasta las 22 y nadie quiere vivir lo que le pasó a los músicos de Pez hace sólo algunas semanas, que por tocar 4 minutos después de las 22 horas, el Konex los multó con $10.000. Por esta razón, lógicamente, la música en vivo acaparó el escenario indoor.

Nadie quiso perderse a Louta, la principal atracción de la noche y quizás, el artista ícono de la escena emergente en la actualidad. El arte recorre la sangre de Jaime James, el hijo de Diqui James y Ana Frenkel, los creadores de Fuerza Bruta y De La Guarda, (y sí, también es sobrino del ex La Portuaria Diego Frenkel). Con la puesta armada con un sillón, un cuadro y dos macetas como si fuese el living de su casa, el joven de chomba celeste apareció para cantar “Ponételo Bien” y arrancar un set que navegó desde lo bizarro a lo intimista.

El corte de difusión “Felix” hace que toda la gente lo acompañe saltando, y en “Cuadradito de Prensado” es acompañado por dos bailarines haciendo una simpática coreografía que tranquilamente se podría hacer en una juntada con amigo, alcohol mediante.

Crocante por fuera y blandito por dentro, James ofreció el mismo show que viene ofreciendo hace un poco más de un año, no temió ponerse repetitivo y derritió el lugar. No canta del todo bien, abusa del auto-tune y la pose. Pero hay algo que no puede negarse: sabe entrener al público y divertirlo. Claro ejemplo es cuando baila al compás de “One More Time” de Daft Punk y transforma el Konex en una rave e invita a todos a seguirlo en “El Meneaito”. Luego se tomará tres minutos para leer un poema antes del tramo final. Lo de siempre, la bola gigante violeta en que el también DJ se introduce para hacer “Un Lugar Adentro” y terminar a puro papelitos con “Sigo Sin Entenderte” y “Que bien Que estoy” acompañado por todos los bailarines en escena. Un poco cantante, un poco bailarín, un poco enterteiner y hasta animador de fiesta de 15, un artista instagrameable si los hay. Una estrambótica fórmula home-made que demuestra porque por ahora, dentro de la escena emergente, como canta en “Alto Uach”, sigue primero.

Envalentonados furiosamente (quizás por su reciente pelea viral con el músico Alfonso Barbieri), Simón Poxyran y sus Perras on the Beach ocuparon el escenario enseguida y “Puchos” dio inició a su show. En 50 minutos de rabia, los pibes de Mendoza despidieron su exitosísimo álbum debut Chupalapija (2016). Con “Municipálida” se despacharon con el discurso disruptivo que tanto los caracteriza, esta vez en clave de rap. El público se vio significativamente reducido. Parte de él solo había ido a ver a Louta, y el calor del escenario techado no paraba de aumentar. Sin embargo, sus fans se mantuvieron fieles cantando cada una de las 10 canciones que duró el show.

“Estamos preparando un nuevo disco, que va a ser más oscuro. El mundo es un lugar oscuro y nos contagiamos de eso”, anunció el cantante, quien comenzó con gorro y remera, y terminó en cueros surfeando entre sus fans. La canción elegida para cerrar fue “Turco X”, que también concluye el único disco de estudio que tienen. Al término de este, los mendocinos ensayaron un baile sobre “September” de Earth, Wind & Fire y así se despidieron.

Para descansar de la seguidilla del show, y del calor, mucha gente se dirigió al pasillo que daba a la calle Valentín Gómez. Ahí pudo sentarse en una suerte de lounge  y como si fuera poco, desde el stand de Exile Records, un DJ giraba bandejas mostrando un poco de su material. Sobre todo música negra: jazz, hip-hop, algo de soul, incluído el exitoso álbum “Drunk” de Thundercat.

A dos días del 8M, la Marcha Internacional de las Mujeres, las paredes del Konex fueron decoradas por hermoso murales con la temática del empoderamiento femenino. Un puñado de personas que corrían de un lado a otro, paraban para tomar algunas capturas con sus celulares.

“La música electrónica no es música. La música consta de melodía, armonía y ritmo. Eso es ritmo nada más, y uno muy bobo”, le explicaba Charly García a Felipe Pigna en televisión de aire en 2012. Sin ánimos de ofender a Charly, seguro no había escuchado a Poncho. El trío de DJ’s formado por Javier Zuker, Leandro Lopatín y Fabián Picciano cerró el festival pasadas las 4AM. Los ritmos compuestos desde las bandejas de Zuker eran acompañados por momentos de las melodías que Lopatín dibujaba con su guitarra y las bases que Picciano agregaba desde su bajo.

Vestidos con ponchos negros, los tres se alinearon para interpretar “Voy a Soñar con Vos”, otra vez con Simon Poxyran en el escenario. Poxyran le dio paso a Banda de Turistas para que estos toquen “Kansas” y, al igual que el video, apareció el coya bailarín.Tras 45 minutos de música, con megahits radiofónicos como “Please Me”, Poncho funcionó perfecto para el cierre de un festival que promete tener más ediciones en el futuro.

Hay que celebrar que haya festivales como el Buena Vibra en la Ciudad de Buenos Aires. Con una marcada identidad, vida propia, buena onda y muchas propuestas interesantes para que las demandas de esta juventud frenética sean saciadas.

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