Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Ivan Salo

Celebremos la novedad

Cronista: Augusto Fiamengo | Fotos: Fernanda Guitian

06 de Septiembre, 2017

Celebremos la novedad

La Puñalada e Iván Salo compartieron escenario en La Tangente, presentando sus nuevos trabajos discográficos. El cuarteto recorrió las canciones de Intrepidez y Salo hizo lo propio con Despierta, ofreciendo shows cargados de energía y emoción.

El clima expectante por la salida de sus nuevos discos y la oportunidad de presentarlos ante su público es una de las tantas cosas que comparten La Puñalada e Iván Salo en una noche de miércoles en La Tangente, una hermosa sala en el barrio de Palermo que se muestra propicia para el contacto cercano entre músicos y espectadores. Promediando el show de La Puñalada, su cantante, Miguel Lo Cane, confiesa: “Es un flash hacer un disco nuevo, es un momento de euforia terrible para nosotros. Te pone en una situación de ‘olla a presión’ que está buenísima”. En el mismo sentido, durante su concierto Salo cuenta que “pasan muchas cosas en la grabación, lleva mucho tiempo. Es una experiencia intensa, linda, pasional. Mientras pasás muchas horas grabando y editando, conocés a mucha gente”. Para ambos artistas, el momento de llevar al vivo sus nuevas canciones supone una nueva etapa que sucede a la grabación, pero que también se carga de adrenalina para ser liberada sobre el escenario

Así lo hace La Puñalada, encargada de abrir la velada, dedicándose a desandar el camino de Intrepidez -su cuarto álbum de estudio- con Lo Cane en voz, guitarra y saxo, Julián Adán en guitarra, Patricio Costas en bajo y Gustavo Álvarez en batería. Haciendo gala del talento individual de cada músico, puesto al servicio de la canción, el grupo se pasea con comodidad desde los aires jazzeros de “Así” y “Andando en tus caderas” hasta la samba brasileña “Tus formas”, pasando por la cadencia de “Las hermanas” y el relajo funk de “Al cambio de hoy”. Consecuencia lógica de las múltiples influencias estilísticas que atraviesan a sus integrantes (rock, blues, funk, jazz y ritmos latinos entre otras) La Puñalada hace del eclecticismo musical un estandarte que atraviesa toda su discografía.

Sobre el segmento final de su show, la banda repasa parte de sus primeros tres discos, con temas que forman parte de su repertorio clásico en vivo, como “Fruta mordida” y “Hippie”, y se luce en la rumba “Finas hierbas”. En su última canción, “Patente de corso”, La Puñalada retoma su pulso rockero con la promesa de mucho más de Intrepidez en el futuro.

Llega luego el turno de Iván Salo, quien apuesta fuerte desde el comienzo con el poderoso reggae “Alcemos la voz”, seguida de una filosa versión de “No pibe” de Manal en plan de big band. El clima se templa con el funk “Sin sabor a miel” y el tono confesional de “Blues de Skay”, el homenaje a uno de los héroes musicales de Salo, Skay Beilinson, para llegar a un clima absolutamente intimista con “Faro de vida”, en el que músico, acompañado de una guitarra criolla, se despacha con el relato de sus experiencias del último verano en La Paloma, en Uruguay.

Con una frescura que atraviesa toda su presentación, Salo deja ver su costado más rockero con “El lobo” y arremete con el poderoso candombe “Rejas y candados”, canción compuesta por su padre Enrique y basada en una historia de desencuentros con la policía. El ir y venir de músicos invitados sobre el escenario es incesante, y entre ellos destaca Eduardo Schmidt (ex Árbol), quien aporta su violín al servicio de “Así me va”, para luego improvisar una versión de “Veo (El fantasma)” en la que se hace cargo de la voz junto a Salo. El frenético rock de “Caparazón” seguido de “Despierta” –con los músicos invitados sobre el escenario en modo zapada- invitan a un cierre festivo, clima que sobrevoló desde el inicio un concierto que Salo seguramente nunca olvidará.

 
No es frecuente asistir a una noche en la que dos artistas que comparten el escenario le ofrecen al público sus nuevas canciones. En esta ocasión, La Puñalada e Iván Salo lo hicieron posible, y cumplieron con creces. El cuarteto comandado por Miguel Lo Cane brindó un show preciso en el que su paleta musical volvió a mostrarse nuevamente amplia e inspirada. Por su parte Iván Salo, acompañado por una sólida banda que sintoniza naturalmente con la propuesta del músico, compartió sus historias cotidianas con un público que celebró su frescura y la felicidad que exteriorizó a lo largo del concierto por la publicación de su nuevo disco y la oportunidad de convidarlo a los demás.  

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