Volver a empezar

La Capilla, el histórico lugar en pleno microcentro que en su momento vio nacer y crecer a bandas como Soda Stereo y Don Cornelio y la Zona, abrió sus puertas para recibir a Massacre, como aquella noche del debut en 1987. A modo de presentación oficial, los músicos consiguieron que la Casa de Entre Rios, actual propietario del espacio donde se encontraba La Capilla, les prestara la locación.

Antes de arrancar con el show, la banda liderada por Walas ofreció una mini conferencia, en la que también estuvieron presentes Federico "Fico" Piskorz, Pablo "Tordo" Mondello, Carlos "Charly" Carnota y Luciano "Bochi" Facio. "Por aquí merodeaban Pipo Cipolatti, los Sumo, Gustavo Cerati; este espacio es símbolo de la historia cultural del under argentino", ilustró Walas a los periodistas más jóvenes que miraban sin parar las paredes gastadas. Contó también que ahí mismo fue, con la por entonces Massacre Palestina, donde se vio por primera vez el mosh y el slam en nuestro país.

En un costado, sobre una mesa, se podía ver aquella primera grabación que recolectaba los demos de la banda, una reedición en vinilo que se veía hermosa pero que no será la única, ya que también saldrán a la venta, más adelante, El mamut (2007), Ringo (2011) y Biblia Ovni (2015), sus últimos títulos.

Respecto al regreso triunfal a Obras, ahí donde en sus primeros años supieron telonear nada menos que a The Ramones y donde tocarán el 23 de septiembre, adelantaron que tocarán 30 temas en los que repasarán su historia. "Nuestros primeros 20 años fueron de culto, y los últimos 10 de mainstream" analizó certeramente Walas. Pero, a la vez, afimó que lo que cambió fue simplemente que "de pronto lo nuestro le gustó a la gente". Ya terminada la conferencia, el cantante empezó a repartir flyers "igual que como hacíamos hace 30 años".

Un rato después, con todos ya comidos y bebidos (sanguchitos, pizza, empanadas y helado se ofreció a los presentes), los Massacre subieron al escenario para revivir aquella noche inaugural de 1987. La banda misma contó lo que fue volver a ese lugar emblemático a prepararlo y adornarlo con la parafernalia massacre de siempre: flyers de los 80 y 90, tablas de skate y muñecos. “Emoción absoluta, vuelta a los 80 total, puntualmente al año 87 para lo cual vamos a encender el amplificador Farfisa de Massacre Palestina”, incitó Walas y, al instante, Pablo Mondelo hizo sonar los primeros acordes de “Diferentes Maneras”, el eterno himno skater.

El lugar recibió a más de 100 emocionados fanáticos, periodistas, y amigos de ayer y hoy. Noche ideal y bien retro: poca gente, sin vallado, calor y temas de la primerísima época. Los clásicos infaltables como “3 paredes” y “Nuevo día” recibieron la respuesta efusiva de siempre, pero otros temas que no suelen formar parte del repertorio recitalero de Massacre fueron los que más emoción causaron. Durante “Papel floreado” o “Armas” fue cuando más cuerpos volaron sobre las cabezas. La algarabía fue absoluta.

“Un largo viaje nos trajo aquí”, cantaba Walas hace 30 años en una especie de visión. La noche fue, definitivamente, histórica. Así como lo fue la velada del debut tres décadas atrás. La presentación de la fecha, que será también histórica, no podría haber sido más auspiciosa. La emoción corrió por cuenta tanto arriba como abajo del escenario y también en el recuerdo de aquellos integrantes que ya no están. Massacre demostró su culto en La Capilla. Qué acertado, ¿no?