Con un pie en el futuro

Huevo no se presentaba desde el Lollapalooza y salió a escena con la contundencia de los grandes. Apoyado en una fenomenal escenografía y puesta de luces y acompañada por un cuarteto de vientos, la banda integrada por Julián Baglietto en voz, Sebastián Lans en guitarra, Julián Lopez Piasani en bajo y Tomás Sainz en batería, salió a escena pasadas las 21. Pese al pedido de puntualidad, la presentación se demoró para dar tiempo a los muchos que todavía esperaban por su entrada en la puerta, señal de que la implementación de E-ticket en Argentina aun deja bastante que desear.

No todos eren como ti, lanzado el 21 de mayo de este año, sonó de principio a fin desplegando el funk rock, las bases de hip hop y los momentos íntimos que caracterizan al segundo de la banda. Casi toda la producción musical de su anterior trabajo, Las mil diabluras (2014), completó una lista de una hora y media con muchos agradecimientos pero sin ningún descanso, en un clima palpablemente universitario.

Sobre el final del recital, y ya navegando en aguas de su primer disco, la impronta hiphopera acentuó el desacato general en el Vorterix e invitó al mosh del que el propio Baglietto (sí, el hijo de Juan Carlos) fue parte junto a un Spiderman invitado. Los excelentes solos de Sebastián Lans le aportaron una intensidad psicodélica que sumados a la contundencia de Lopez Piasani y Sainz realmente separan a esta banda del resto de las nuevas propuestas musicales y los proyecta como la próxima gran revelación del rock local.

Con su segundo disco bajo el brazo y una banda precisa, contundente y ajustada, Huevo hizo una fuertísima apuesta en este recital, demostrando que tiene todas las condiciones para ascender al estadio de las bandas establecidas y dejar atrás cualquier estigma de “chicos”. Sin duda, Huevo es una propuesta refrescante entre tanta fórmula musical repetida.