Con el barrio en la piel

La noche está a punto. La camaradería entre el público, compuesto por pibes que vienen de distintos puntos de Capital y Gran Buenos Aires, también. Alma Bouquet aparece como un relojito: puntual y prolija arranca con “De estanques y banquinas” y el barrio está ahí, con todo el aguante y hace que el Roxy parezca gigante en cada pogo y en cada cántico.

Las canciones varían entre El Abismo del Espejo y Las Preguntas que Hice Siempre, el primer disco que editaron en el 2014 y así es como pasan “Milonga del umbral”, “Tras el telón” y “Preguntas en presente”, con ese fragmento de Eiti Leda de Serú Girán que combina tan bien.

“Había mucha ansiedad por tocar acá”, suelta Marcos Scalerandi, cantante y guitarrista de la banda. A la banda se les nota la felicidad y la sorpresa por ver que el Roxy es una fiesta.

En “Final del juego” aparece Luciano Maiorana, el primer invitado de la noche. Un tema de esos que choca directamente en el corazón si no se lleva la caparazón justa. Luego, todo se armoniza con “Arlandria”, cover de Foo Fighters que llega con toda la potencia que la canción se merece. Para “Lupita”, el invitado es el guitarrista  Ricardo Verdimare, mientras que para “Santos” Nicolás Persig de De La Gran Piñata toma las riendas del bajo.

Antes de arrancar con “Noches de Brujas”, Scalerandi esgrime: “Hace un año y medio que nos gobierna la derecha. Salgan a hablar con la gente y que les cuente lo que está pasando”. Y la canción arranca con toda la furia, con un estribillo poderoso que dice: “Levanten ya sus lápices y empiecen a escribir  en sus mentes resumir los elementos. El que acribilla los boletos huele a lobo con piel de cordero y no es casual. ¡No me la vengan a contar a mi!”.

Queda poco para el final, pero la fiesta sigue como si recién todo hubiera arrancado. “Corceles” y “Lazarillo” coronan la noche y el momento que será inolvidable para todos los presentes.