Salta la banca
El sueño de quien lo hace por amor
18 de Marzo, 2017
Salta La Banca grabó su primer DVD ante una multitud en el Estadio Malvinas Argentinas. En tres horas de show y con una lista de más de 30 canciones, confirmaron que su presente es estupendo y que su porvenir es aún mejor.
Son las 18 horas y una cola larguísima se ve desde el otro lado de la vía. Al llegar, pegado a la estación Arata del Tren Urquiza, sobre el túnel, la misma cola gira y da una vuelta. El estadio está a unos cuantos metros, pero la banda prometió que el show arrancaría súper puntual ya que para la grabación del DVD, van a utilizar parte de la luz del día.
Poco antes de las 19, con el ocaso apoderándose de la ciudad, el team comandado por Santiago Aysine sale al escenario al ritmo de “Tren del Edén”, una historia de amor de esas que hacen que una aventura se convierta en un “para siempre”. Para seguir en la misma sintonía, Aysine invitó a todos a seguirlo en una “Aventura Diurna” y en su propio “Sueño”.
La noche llegaba con un frío letal, pero con las luces y su caminar frenetico, el frontman se quedó en remera, haciendo lucir la inscripción: "The Jesus & Mary Chain”. Quizás, de esta manera (y aunque muchos chicos que lo sigan no sepan de qué banda se trata) Aysine trate de quitarse esa etiqueta de que es sólo “Rock Barrial”, y que las influencias de la banda son más diversas de lo que muchos creen.
La gente, con sus banderas de palo y sus polvos de colores, se encargaron de adornar parte del material fílmico. Ni hablar cuando desde arriba sonó “Duelen”, donde se hicieron cargo de acompañando el sonido del saxofón de Mauro Ostinelli con un fuerte y efusivo: “Dale, dale, dale, Salta La Banca”.
La viola distorsionada de “No pierdas cuidado” fue la antesala de un set de canciones importantes en la historia de la banda. “Vamos a tocar cuatro canciones de ‘C.O.P.L.A.‘, nuestro disco más representativo y en homenaje a Luciano Arruga. Le quiero dedicar este momento a él, a su familia y a todas aquellas victimas del gatillo fácil”, decía un Aysine compungido y emocionado. “Yo”, “Él”, “Nosotros” y “Ellos” sonaron en un momento del show dedicado a la reflexión social con cada una de esas canciones.
Para seguir en esa sintonía, el cantante oriundo de Villa Raffo volvió a hablar y esta vez fue Cromañón es el tema a tratar. Santiago Aysine es uno de los sobrevivientes de esa noche fatídica de diciembre de 2004, y es sabida (quizás, sea uno de los estandartes que más le valoran los fanáticos de su banda) su postura en donde defiende la inocencia de la banda Callejeros. Al grito de “¡La música no mata!”, el grupo hizo sonar las estrofas de “Que nunca se repita”, canción dedicada a la tragedia.
“Si uno lleva bien adentro la convicción de la lucha obrera y popular, cuando se encuentra en la cárcel siente el orgullo de mantener su dignidad, porque esa es la dignidad de los compañeros que están afuera”, dijo alguna vez Agustín Tosco, en un discurso, allá a principios de los ’70. Para SLB, la lucha no termina, y su apoyo a toda la clase trabajadora, la hicieron causa la noche del Malvinas. El delegado Pablo Viñas, obrero de AGR-Clarín, se hizo presente para contarle al público lo que hicieron con sus puestos de trabajo, los bloqueos de información y su constante lucha junto a sus familiares para resistir el desalojo. Un “Macri gato… ¡Deja de reprimir! ¡Vivan los trabajadores y la juventud!”, fue el puntapié inicial para que suene “El jardín de mis agonias”.
Entre risas y juegos con la gente, canticos de canciones de Los Piojos y Rafaga dedicadas al agua, la banda se puso melosa y canciones como “Invierno tibio”, el hitazo “Unos versos”, ”Labios de Café”, “¿Quién dice?”, “Otro domingo” y el súper cantado “Ilusa ilusión” que (mechada con “Polaroid de locura ordinaria “, de Fito Paez y a pesar de contener en su letra aires a “Callejero de Boedo”, de Callejeros) tiene esencia pura de un corazón roto. Para romper con tanta dulzura, el doblete “Romperte el toribio/Estigma” siguió en una lista para todos los gustos.
“Tengo el placer de compartir mis andanzas con una guerrera”, jura la letra de “Hay que saber”, canción dedicada a las mujeres que luchan, según la banda y en la que Aysine confesó que fue de las primeras canciones que compuso el guitarrista de la banda, Alberto Grammatico .
El último tramo del show de la banda que nunca se fue del escenario en más de 180 minutos de recital fue a pura emoción para dejar bien en claro que la estrella de la noche era ese DVD que se estaba grabando. El comienzo medio ska de “Mercedes” le dio pie a un eufórico Aysine para caminar todo el escenario, mientras las luces danzaban sobre el escenario y la gente cantaba con fuerza. Le siguieron “Tu entrega”, dónde los vientos se lucieron y unos globos blancos decoraron todo el campo, y “Dolores”, donde el acordeón y una letra terrible fueron los actores principales.
“¡Gracias por esto! “¡Ustedes se merecen esto!”, les dijo un Aysine (fiestero y con ganas de salir a un boliche a bailar) que empezó a corear temas clásicos de cumbia de bandas como Ráfaga, Gilda, Leo Mattioli, entre otros. El público, lejos de enojarse, comenzó a cantar cada una de las canciones.
“El que no abre la cabeza, no le crece el corazón”, dice la letra de “Somos”, que acompañada por una lluvia de palmas, parecía interminable. “¡Viva la independencia! ¡Viva la autogestión! Esto es Salta La Banca y, pese a quien le pese, seremos eternos!”, gritó Aysine antes de “Seremos”, y un vídeo lyric acompañó las pantallas que estaban sobre el escenario.
Luego de “La espada del recelo” y “Bautismo”, el show llegaba a sus últimos acordes, pero Aysine no se quiso olvidar de aquellos que los ayudaron en los comienzos: El Bordo y Las Pastillas del Abuelo. También, agradeció el andar juntos por el carril del Rock junto a bandas como De la Gran Piñata, Rock a la Orden, La Caverna y Locos de Nacimiento.
“¡Y que salte la banca, nomás!”, gritó Aysine antes de “Que salte la banca” y de “Soldado”, para cerrar la noche mágica que siempre soñaron. Sólo quedaban dos mensajes para dar: el primero, emotivo: “La familia y los amigos: ¡Aguante el barrio, loco!”. El segundo, un ideal: “¡La independencia es un medio y vale!”.
La gente desconcentraba el lugar, y ellos estaban arriba del escenario como si hubiesen ganado un torneo de futbol con sus amigos de toda la vida. Saltaban, cantaban y se abrazaban como en cualquier vestuario de equipo campeón. La noche del Malvinas ratificaron que la magia de la independencia ya es más que una realidad. Cuesta y no es fácil, Salta La Banca, que no tenía nada que perder, ni plata para entrar a jugar, le ganó y muy bien a la casa. Y saben que el sueño es suyo por una sola razón: lo hicieron por (y con) amor.
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