Vino a ofrecer su corazón

En la portada de Uno, el primer disco de la etapa solista de Antonio Arco, se puede observar el dibujo de un corazón humano. Esa es quizás la carta de presentación del ex cantante de El Puchero del Hortelano, que sin dudas vino a ofrecer eso. Sin ir más lejos, en medio del show brindado en Bebop Club, tiró “Tenía ganas de sacar un disco desnudándome” , afirmando que este nuevo trabajo es un resumen de algunos aspectos de su vida. Parece una frase hecha, pero no cualquiera logra llegar a la gente con cosas personales, y “Reverso”, “La vida entera” y “Equilibrio” pasaron entre el público que toda la noche se mimetizó con el español.

Para la hora de los homenajes, Arco despachó las tiernas “Castillo de naipes” y “Manuel” (canción que pertenece a El Puchero), ambas dedicadas a sus hijos, con una prosa que traspasa los poros sin recurrir a grandes metáforas ni cosas rebuscadas. Con “Mamá” se vino el momento más emotivo de la noche, pero la fiesta continuó con “Ciudad”, canción inspirada en Málaga, a la que describió como no tan viciada como Buenos Aires. De nuestra ciudad dijo que le encantaba, aunque su tránsito era fatal. Claro que nadie atinó a decir lo contrario.

Entrado el final, apareció Carlitos Martin, baterista de Bersuit Vergarabat, con un cajón peruano. Hace un par de años, Bersuit y El Puchero del Hortelano gestaron una amistad que los llevó a ambos a conocer a sus públicos, en un intercambio musical para el deleite de todos. Para esta ocasión, con Martin en el escenario, hicieron “Lo difícil” y “Estampado floral”

“Si han vuelto Los Enemigos, The Police o The Beach Boys, si volvieron sin marcharse la Bersuit y Leonard Cohen. Quizás vuelva esa esperanza que perdiste alguna vez, si antes pierdes los temores que no la dejan volver”, rezaba la canción antes de que Arco se despidiera del público.