Victoria por knock out

En el espíritu de los súper héroes del cine, Pampa Yakuza cumplió con su propuesta versus y calentó el ambiente con “Sol de pobres”, “A otra cosa”, "Bla bla bl"a y “Próximo tóxico” de Único y Sentido (2007), la chacarera “Paisano del adoquín” de Singularmente (2011), y la versión del clásico de Pappo, “Sucio y desprolijo”.

La lista, votada por el público en las redes sociales y ordenada por el septeto de Liniers, se sucedió con la intensidad propia del pugilismo de campeonato, y el saludo al público no llegó sino hasta el décimo tema, el reggae “Idilio eterno” de Orilla (2005). Antes, el delirio alcanzó su primer pico con "Desde el umbral" de aquel mismo disco y “Puede ser” de Carnaval para tu desconsuelo (2003).

La sucesión de asaltos musicales continuó sin dar respiro hasta una breve pausa en la que los músicos dejaron de lado sus atuendos de box, para dar pie a la sección más íntima del recital con “El debe”, “Serena” o “No estás”, pero fuera del núcleo duro siempre firme frente al escenario del Teatro de Colegiales, la dispersión se ganó la periferia por una buena parte del recital.

Para “Juntos”, enfilando al final de la velada yakuza, todos corrieron rumbo al escenario para descontrolar el Vorterix. “Qué bien te va!”, “Buena suerte” y “Dando pasos” cerraron la lista elegida dando paso a “Brillante sol” y “Carnaval para tu desconsuelo”, las dos yapas sorpresa de la noche que dieron por concluído el hazañoso encuentro.

Aunque la intensidad con la que treinta y tres canciones discurrieron en dos horas de show jugó en contra de la atención de una parte del público durante cierto momento del recital, Pampa Yakuza estuvo a la altura de su promesa en lo que bien puede considerarse un verdadero desafío físico y musical.