Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Viticus

Nunca detendrá su motor

Cronista: Fernando Villarroel | Fotos: Alan Guex

22 de Abril, 2016

Nunca detendrá su motor

Luego del incendio que destruyera su casa, Vitico volvió al ruedo para demostrar que todavía le queda mucho por hacer. Crónica de una noche en llamas.

No se trató de una noche más, ni de otra cobertura cualquiera. El pasado mes de marzo, Víctor Vitico Bereciartúa sufrió un penoso hecho en el cual su casa se incendió y tuvo que observar como la mayoría de sus pertenencias eran consumidas por las llamas; en ese momento de tristeza, varios fueron los que, a pesar de lamentar todo lo acontecido, celebraron la noticia de que el histórico bajista de Riff hubiera salido ileso del hecho y se preguntaron si había alguna manera de brindarle ayuda a uno de los hombres más importantes del rock nacional. Seguramente por todo esto, la velada del 21 de abril de 2016 será recordada, por mucho tiempo, como la noche en la que Vitico se vistió de fénix y resurgió entre el calor de su gente.

Nacida originalmente como una idea de Nicolás Bereciartúa para ayudar a su padre, el teatro Vórterix y un grupo de músicos decidieron brindar un recital en apoyo a un enorme artista, uno que supo ponerle la banda de sonido a más de un encuentro de amantes de los fierros, y de devolverle (en forma simbólica) algo de todo lo que sembró a lo largo de más de treinta años de carrera.  

El auditorio abrió sus puertas poco después de las 20 horas y, poco a poco, comenzaron a darse cita todos aquellos que sintieron que le debían un favor al magnánimo Canciller. Tal vez, podía estar relacionado con haber musicalizado la primera cita con la novia (o novio) de la adolescencia, o con haber ambientado aquellas tardes en el taller, arreglando el Chevrolet 400, para poder salir un sábado por la noche. Cualquiera hubiera sido la excusa perfecta para demostrar fidelidad y amor a Bereciartúa, y éste pronto sería testigo de semejante manifestación de afecto.

Sin escenografía, y con todo el poder de las guitarras para ir al frente, el bajista abrió el encuentro con la demoledora, y premonitoria, “Fuego y destrucción”. El público vivaba al héroe de la noche y cantaba, con furia, cada estrofa de la canción, como si hubiera tratado de espantar al puto demonio que metió la cola en la casa del Delta aquella tarde de marzo y que se le llevó el trabajo material de toda una vida. El ritmo frenético de la música no dio respiro, y “La ciudad del gran rio” y “No detenga su motor” fueron los dos enérgicos tracks con los que la noche calentó aún más sus engranajes.

“Esta es la noche más feliz de mi vida”, dijo Vitico visiblemente emocionado al mismo tiempo que era ovacionado por toda una sala. El sonido ensordecedor de los aplausos también significaba un regalo para el noble músico; su nombre era coreado por el teatro entero y él no hacía más que contemplarlo y regalarle una de las presentaciones más emotivas de su carrera.

Walter Meza, el frontman de Horcas; Mariano Martinez y Leo de Cecco de Attaque 77; el gran Luciano Napolitano, hijo del recordado Pappo, y Fernando Ruiz Díaz de Catupecu Machu también dijeron presente en la noche y le pusieron mayor candidez a un recital en el que, por esta vez, parecía que las llamas sólo iban a dejar lugar a la satisfacción plena. Todos los músicos, en sus diferentes participaciones, miraron al homenajeado con un fuerte grado de admiración y éste le devolvió, a cada uno de ellos, su mejor sonrisa. “Sube a mi voiture”, en la voz de Luciano, fue uno de los puntos más emotivos y altos de la noche, logrando que por un momento todos los presentes sintieran la presencia magnética del Carpo. “Que sea rock”, “Mucho por hacer” y “Susy Cadillac” fueron los hits con los que Vitico dio cierre a una épica noche a pura música sobre el escenario.

El telón nunca se bajó. El Canciller pareció saludar eternamente a sus fieles seguidores, y ellos no dejaron de vitorear ni por un segundo a su ídolo; porque el fuego nunca podrá destruir el amor entre un artista y su gente. Tal vez, el mejor resumen de lo que fue noche lo regaló un hombre que se encontraba entre la audiencia y que cuando fue consultado sobre los motivos que lo llevaron a ir a ver el recital, respondió: “Porque este tipo es una masa”. Porque sí, Vitico es un fenómeno y nada, ni nadie, podrá arrebatarle la noche más emotiva de su vida.

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