Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Indio Solari

Seco, austero y soviético

Cronista: Lucas González | Fotos: Beto Landoni

14 de Marzo, 2016

Seco, austero y soviético

Una nueva multitud se congregó en Tandil para ver la primera presentación del año del ex Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Entre el anuncio de su padecimiento y una lista que repasó su extensa discografía, el cantante brindó una actuación para el recuerdo.

La congoja era mucha. El éxtasis y el delirio convergieron en zozobra y apabullamiento. Los miles y miles que concurrieron al Hipódromo de Tandil el sábado pasado habían sido embestidos por un puñado de palabras, secas, austeras y conmovedoras. Los saltos mutaron en abrazos; los bramidos en lamentos; la alegría en sollozos.

Sin nada más que su distintiva gola, Indio pisó el escenario minutos antes de que todo arranque, y –luego de que el clamor cesara- expresó: “Anda circulando por Internet una versión de que estoy enfermo, y es verdad”. Y agregó: “Mr. Parkinson me está pisando los talones”. La verba del músico es inconfundible hasta para dar una pálida.      

Al margen de esto, él se mostró jovial, activo y animado. Fueron varios los tramos del recital en los que esbozó alguna carcajada y en los que improvisó algún baile. Por ejemplo, en “Porco Rex”, Carlos Alberto dibujó una sonrisa al cantar la estrofa “Ya casi nunca atiendo (disfruto mi enfermedad)”. Sin embargo, sea por la emoción, adrenalina o alguna otra cuestión, al explicar cuál era el significado de “Vino Mariani” –bebida espirituosa-, se lo notó frágil, casi humano.

Entre “Ella baila con todos” y “Todos a los botes”, El Fisgón Ciego -uno de los tantos alias en los que encarnó durante su carrera- aprovechó para reconocer tanto el cariño de los desangelados –“Nadie puede hacerse cargo de esto, gracias”- como para agradecer la camaradería recibida por las autoridades locales –“Tandil es una ciudad ricotera, cuídenla, no se manden muchas cagadas”-.  

Como siempre, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado estuvieron a la altura del acontecimiento. Hasta se podría afirmar que las incorporaciones de Martín Carrizo (por Hernán Aramberri); en batería; y Fernando Nalé (por Marcelo Torres); en bajo; pasaron inadvertidas. “Nadie se va de la banda”, había mencionado Solari luego de revelar su padecimiento, afirmación que dejó contento a todas las partes. Asimismo, Pablo Sbaraglia –por motivos personales- estuvo ausente, y fue reemplazado por el tecladista Axel Lang (técnico de Abbey Road) y por el guitarrista Emanuel Sáez (hijo de Julio, manager de Indio, y líder de Buenos Aires Karma).

Dada la magnitud del evento, resulta inevitable encontrar puntos flojos, como las bengalas que se prendieron y los cacheos que brillaron por su ausencia. También se vivió cierto clima de incertidumbre a la salida, donde no parecía haber organización alguna (ni hablar de agentes de seguridad o prevención). De hecho, ante la ausencia de autoridades, un espectador tomó la posta entre la multitud y ofició de guía: “Los que quieran salir, por la izquierda; y los que quieran un choripán, por la derecha”.

No obstante, fueron al menos tres las veces que el cantante se ofuscó por las zapatillas que eran arrojadas hacía él y a los músicos. La última de éstas se dio en los primeros acordes de “Barbazul versus el amor letal”, cuando, invadido por el cólera, abandonó el escenario. Fue ahí que uno de sus compañeros suplicó: “Por respeto a Indio, dejen de tirar cosas”. Al instante, Solari volvió, tomó el micrófono y espetó: “No es por respeto a mí, háganlo por respeto a ustedes”. A continuación, en lugar de proseguir con la canción inconclusa, se despacharon con una intensa versión de “Luzbelito y las sirenas”.

Con un excelente sonido y una acorde cantidad de pantallas distribuidas alrededor del campo, Indio y su banda brindaron un concierto para el recuerdo. En parte, por su honestidad brutal. También, por la lista de temas, que incluyó un repertorio renovado de la etapa ricotera: abrió con “Nuestro amo juega al esclavo”; cerró con el épico “Jijiji” –dedicado a Jagger-; y pasó por “Gran Lady”, “Cruz diablo”, “Salando las heridas”, “Es to to todo amigos”, “Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina en Cybersiberia”, “El arte del buen comer”, “¡Es hora de levantarse querido! (¿Dormiste bien?)”, “Rock para los dientes” y “La parabellum del buen psicópata”. En síntesis, una noche que pasó de la nada a la gloria.

Foto: Archivo El Bondi. 

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