Madrugada de otro planeta

TxT: Christian Peremartí

La historia arrancó más de tres horas después de lo anunciado. La banda oriunda de La Plata empezó su show pasada la medianoche del sábado, cuando había citado a su público a las 21 horas del viernes. Sobre un escenario montado en un viejo correo, dieron un show austero, casi a oscuras y con un volumen que saturaba a los que estaban más próximos al escenario.

“Flores de fuego”, tema del single Hechizo de amor (2014), compuesto por dos canciones, fue el elegido para arrancar la noche, seguido de “Carretera perdida” del álbum La Patrulla Espacial, editado en 2011. Con un nuevo integrante en guitarra -Fernando Naón, quien ocupó el lugar del ex cantante y guitarrista Tomás Vilche- el cuarteto desnudó el interior de su estilo musical con una lista compuesta por dieciséis canciones que repasó su carrera en poco más de una hora. 

El público regaló unos aplausos tímidos y cerrados al final de cada canción. El calor se fue compactando en el lugar durante la noche pero los artistas mantuvieron puestas sus camperas de cuero para mostrar la estética que los caracteriza y les reclamaron a la organización algo para hidratarse y apagar la combustión interna. Un rato después, la cerveza se hizo presente en el escenario. 

Llegando al final, la banda interpretó en memoria de Pappo, la canción “Que sea Rock”. “Último tema”, gritó el bajista y vocalista Werner Scheneider e interpretó junto a sus compañeros la canción “Toda la noche” del disco Todos los ocasos (2009). Todavía había lugar para los bises, y la despedida fue con “Todos los ocasos”, “Ceremonia” y “A través de la Noche”.

La Patrulla Espacial todavía tiene un largo camino por recorrer si quiere lograr la difusión de su música. La crisis por la partida de un integrante y la falta de afinidad e interacción con el público son dos aspectos a trabajar dentro de su propuesta de rock crudo.