El último rugido

Fotografía: Juan Manuel Plana

Que el lugar elegido para esta pausa sea un teatro, no parece ser una de esas cosas que suelen ocurrir al azar. La banda de reggae Kameleba le puso puntos suspensivos a su rica historia a sala llena y con clima de fiesta y dejó a todos sus invitados con ganas de un pronto reencuentro.

Darío Alturria, Iván Alturria, Jorge Reynoso, Lionel Folch, Sergio Barrosa, Cristian Gerardi y Maxi Suárez y Sergio Dominguez, brindaron uno de los mejores shows de su vida. Cuando las luces se apagaron, el telón se levantó y con los acordes de “Black Samourai” (de su disco Vibra Sound), el rugido de todos los presentes inundó la sala. “Conqueror”, “Maldita Herencia” y “No me rindo”, fueron las pistas elegidas para empezar a dejar en claro que la buena energía iba a prolongarse por más de dos horas.

La nostalgia del ‘adiós’ no dice presente en ningún momento. El agradecimiento y la felicidad, son los grandes protagonistas de la noche. “Puedo soñar despierto, puedo escucharte atento / mirarte a la cara y decirte lo que siento”, entona Alturria y cruza miradas cómplices con todo su público, mientras ellos le responden, a pura emoción, “Dale Kameleba”. Amor rasta en su máxima expresión.

Los pibes de Villa Mercedes, San Luis, están en llamas y empiezan a poner toda la carne en el asador. “De frente al sol”, “Nativo” y “El activista”, ponen “De la cabeza” a todos los presentes y el repaso alternativo por sus diferentes trabajos discográficos empieza ser una constante en el setlist. La cara de Folch con visible emoción, mientras suena la melodía de “Verdes cristales”, seguramente resuma el sentimiento de una banda con espíritu bien federal: gente de Córdoba, Rosario, San Luis y Mendoza vibra con cada tema y vitorea, entre tema y tema, a sus héroes musicales.

No hay parate entre canciones, Kameleba abandona el escenario y los sonidos reggae se adueñan de cada rincón de la sala. “Sabes que fuimos, tu y yo, un mismo continente”, anuncia la letra de “Orillas”, canción que llega desde Tiempos de Tribulación, y parece perfectamente escrita para definir este romance que se vive entre la banda y sus seguidores.

Se viven los momentos finales del show y “Conciente” es el tema elegido para empezar a coronar la noche. “Llega la gente cuando siente este modo de tocar/ Buscamos más que solamente hoy ponerte a bailar”,  auspicia el grupo como himno de despedida y las manos de toda la audiencia estallan un segundo antes del final. 

Los chicos saludan por última vez y el reggae nacional despide a una de las bandas más importantes de la escena. Sin embargo, sus seguidores esperan que sólo sea un breve impasse, porque después de todo “aunque llueva o truene, la gente sólo quiere escuchar a Kameleba”.