Sangre, sudor y rocanrol

Si hay una buena forma de terminar la semana es yendo a escuchar rock, y para ello, cientos de personas se aceraron al Roxy Live. El motivo no era otro que presenciar una nueva fecha de Maldita Suerte, banda oriunda de Mataderos, barrio donde brillara el boxeador Justo “El Torito” Juárez. 

Liderados por Juanjo Spinedi, segunda guitarra y voz, los Malditos llegaron nuevamente a uno de los escenarios más importantes de la escena porteña. La ocasión fue utilizada para repasar los seis discos que llevan editados y demostrar que se puede tocar fuerte sin resignar precisión. 

“Dieciocho años de aguante y la familia sigue creciendo, gracias locos”, sentenció el cantante antes de interpretar “Ocaso”. Con un timbre de voz abrumador (casi un rugido), del cual hace uso y no abuso, le bastan unos minutos para convertirse en el centro de atención. A su derecha, el vocalista se ubicó el guitarrista Gustavo Mirón, quien entre punteo y punteo, fue encendiendo la noche e incentivando los primeros pogos, como en “Minotauro”, con reminiscencias de Angus Young, o “Sueño Profundo”.

Desde el campo los seguidores no se cansaron de agitar, y la respuesta, en varias ocasiones, vino desde el fondo de las tablas, ya que la batería de Juan “El Quía” Mazzarini fue el sitio desde donde se sustentó la propuesta de la banda. 

“¿Les gusta el Roxy para tocar?”, interpeló Spinedi a su gente y luego utilizó “Karma” para celebrar la aparición de Guido, nieto de Estela de Carlotto, y afirmó que “nos enseñaron que el amor vence al odio”. 

Algo quedó claro con la presentación de este último viernes: los dieciochos años le sientan muy bien a Maldita Suerte.