Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Blues Motel

La fiesta inolvidable

Cronista: Augusto Fiamengo | Fotos: Alan Guex

10 de Mayo, 2014

La fiesta inolvidable

Blues Motel celebró sus veinticinco años de vida en el Teatro Vorterix con un show vibrante y de alto vuelo. La banda oriunda de Tigre contó con la participación de invitados como Pity Álvarez, Vitico y Don Vilanova entre otros, y deslumbró con su energía rockera a un público fiel y numeroso.

La breve retrospectiva musical que antecede a la salida de Blues Motel al escenario del Teatro Vorterix, que se inicia con música de los Rolling Stones y The Kinks para luego pasar velozmente desde la primera época de la banda, con fragmentos de “Bajo la ciudad” y “Mientras vos caés” hasta la actualidad y su último trabajo discográfico Cómo no vas a querer, actúa como un cachetazo que despierta para decir: “ha pasado mucho tiempo”. Con mayor exactitud, veinticinco años. Pero hay cosas que parecen resistir al paso de los años, e incluso alimentarse creativamente con ellos, y Blues Motel es una muestra de ello. Por eso, bien vale la ocasión para festejar la trayectoria de un grupo que definitivamente puede ser proclamado como uno de los bastiones en la Argentina de la mejor tradición del blues y el rock and roll.

Apenas pasadas las nueve de la noche la banda sale a escena comandada por Gabriel “Gaba” Díaz para un arranque contundente con “Alcohol en mis venas”, “Está bien” y “Cuando el tiempo se detenga”. Si la voz del cantante y su despliegue físico en vivo son atributos que permiten identificar rápidamente al grupo, debe sumarse también a la lista el talento de Adrián Herrera en la guitarra, un pilar decisivo en el sonido que Blues Motel forjó desde sus comienzos. Matizada por la bella balada “Clonazepam”, en la primera parte del show predomina la energía rockera de temas como “Brujos”, “Esperando morder” y “Mirá como estás”.

El set acústico con el que Blues Motel sorprende a sus fans permite disfrutar de la otra faceta que el grupo ha explorado a lo largo de los años con interesantes resultados. Con una gran performance del tecladista Sebastián Voyatjides y el guitarrista Nacho Piedrabuena, la banda interpreta “Tan Blanca”, “Miro” y la vitoreada “Es hora de volverlo a hacer”, quizás uno de los picos de emotividad más altos a lo largo del show, que cuenta con la participación del percusionista de Los Pericos, Marcelo Blanco, en cajón peruano.

Para la segunda parte del concierto, Blues Motel se guarda todavía más sorpresas: una tremenda cantidad de invitados, amistades musicales cosechadas en el camino recorrido, acompañan a la banda sobre el escenario. Así desfilan Sebastián Bereciartúa en “Llena de alma”; Fer Pita, de los Heroicos Sobrevivientes, para “Rock and roll en la carretera”; Vitico,  su hijo Nicolás Bereciartúa y Dany Jiménez en el clásico de Buddy Holly “Not fade away”; Pablo “Sarcófago” Cano para “No me puedo quedar”; Don Vilanova y su exquisita guitarra en “Aunque a veces” y Pity Álvarez en voz y armónica para el clásico “Hojas vacías”. Una verdadera constelación de figuras del rock y el blues argentino de las últimas décadas acompañan a una banda que disfruta de su noche de gloria junto al público.

En el tramo final del show, los antiguos integrantes Andrés Casasco y Rafael Gildenberger se suman al grupo para una visceral versión de “Lo que barre tu alma”. Con la inquebrantable base conformada por Ariel Herrera en bajo y Maxi Larreta en batería como estandartes, Blues Motel se despide de sus fans a pura descarga, ofreciéndoles dos gemas de sus primeros discos, “Dame magia” y “Ángel”, y cerrando una velada de rock and roll de alto vuelo y festejo con aroma a merecimiento.

Allá por mediados de los años ‘90, Bobby Flores escribía en la contratapa de “Mientras las guitarras suenen”, el segundo disco de Blues Motel, que el grupo “parecía venir arrastrando treinta años de cultura de rock ‘n roll detrás de sus instrumentos (…) Dejándose influenciar por todo aquello que determinó lo que somos”. El tiempo le dio la razón. La banda se hizo cargo de sus influencias, y a partir de ellas construyó una identidad propia y singular dentro de la escena del rock argentino, que tantos vaivenes ha transitado desde aquél momento hasta hoy.

Blues Motel decidió mantenerse fiel a su estilo y a sus convicciones musicales, y lejos de montarse sobre la ola de cualquier moda pasajera, construyó una propuesta artística seria, coherente y repleta de bellos paisajes musicales. Su noche de festejo en Vorterix no fue sino la demostración contundente de todo ello, y de que el buen rock’ n roll, hecho con fibra y talento, perdura en el tiempo.               

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