Me hice canción

Mensaje, música y compromiso. Durante 20 años de carrera una banda puede ir mutando musicalmente, indagar nuevos horizontes en los géneros, y claramente en los mensajes de sus letras. Sin embargo, hay pocas bandas que pueden darse el lujo de mantener una pata intacta y eso está encarnado en el mensaje de sus letras: crítica, lucha y difusión. Las Manos de Filippi es una de esas bandas: nunca cambiaron el camino y nadie les dijo cómo caminar. Se fueron sumando banderas, denuncias sociales y políticas, y voces por las que hay que cantar; porque siempre hay algo que decir.

“Color Kit” (Cristian Del Negro) y ZAI (Arturo Gueglio), integrantes de Fauna, abrieron la noche con todo el soundsystem, para calentar los motores antes de Las Manos de Filippi. Además, contaron con la participación de dos chicas de F.L.O.W. Altas Wachas Family, quienes repartieron todo su virtuosismo mientras bailaban algunos temas de la banda. De repente suena “Pajarito” y todo explota: en el escenario hay humo, bronca e ironía. Nadie para de saltar, mientras Hernán "Cabra" de Vega, cantante de la banda, camina, se mueve y baila de esa forma extraña, inusual y simpática.

Para “El rey de la autocrítica” el Cabra, con una corona gigante en la cabeza, invita a Sergio Colombo y Miguel Angel Tallarita, dos Fundamentalistas del Aire Acondicionado, grandes músicos que regalan su talento en varias bandas. La secuencia se vuelve a repetir para “Mi familia es una masa”, casi al final, donde Tallarita nos deslumbra con su solo de trompeta. Hubo otra invitada, una mujer que rapea fuerte, Valentina Cook, quien se sumó para cantar “Metete conmigo” como en la versión original del disco. Se oyen gritos constantes, son cantos desde la más fiel convicción. El público cree y expresa su voz en las canciones, como si alguien estuviese hablando por ellos. 

Tanto el Cabra como Charly Bardon (saxo y coros), Gaspar Benegas (guitarra y coros), Germán "Pecho" Anzoategui (trompeta y coros), Guido Durán (bajo), Lucas Honigman (batería) y Pablo Marchetti (samplers y coros) se muestran agradecidos por el buen recibimiento del pueblo a Marginal y Popular, y la alegría los potenció. Temas como “Gorrión Porteño” y “Palermo zombie” demuestran la evolución musical de la banda, un lugar más oscuro musicalmente y el golpe en las letras.

Los últimos fueron esos temas legendarios, himnos del rock nacional: “Los métodos piqueteros”, “Sr, Cobranza”, “Cultral-co” y un colado en la lista, pero no por eso menos coreado que los demás: “Kristina”, parte de CUERPO Canciones a partir de Mariano Ferreyra. De esta manera la fiesta concluyó, transpirados y felices.

Las Manos de Filippi se mantienen a través de los años como esas bandas de culto, que no son las más taquilleras, las que más guita ganan, pero la que más valor y coherencia tienen. Es de esas que critican con argumento y llevan a un público que los incentiva a cantar una vez más por ellos y por la sociedad, que hacen que una vez más la vida se vuelva canción.