Gustavo Cordera
Una noche de dos amores
Cronista: Augusto Fiamengo | Fotos:
Gentileza: Andrea Celis
22 de Marzo, 2014
Gustavo Cordera presentó en La Trastienda Club su nuevo espectáculo “De Mi caramelo a Soy mi soberano”, con entradas agotadas. Junto a los músicos de su más reciente proyecto, La Caravana Mágica, repasó las canciones de sus discos solistas y ofreció nuevas versiones de clásicos de Bersuit Vergarabat. Un concierto a puro baile y emoción.
Apenas pasadas las nueve de la noche, la gran cantidad de público que colma La Trastienda Club y el clima de ansiedad que sobrevuela el lugar son una muestra de la expectativa que despierta la presentación de Gustavo Cordera, el “Pelado”, junto a su nueva agrupación, La Caravana Mágica. A cinco años de la salida de su primer disco, Cordera suelto, y con la enorme historia de Bersuit Vergarabat sobre sus espaldas, el carismático cantante continúa escribiendo nuevas páginas de su rica y agitada historia musical, y el show en el reconocido espacio de San Telmo parece ser una ocasión propicia para ello.
Desde el inicio, con “Me la juego a morir”, “Tenete fe”, “Sacate la gorra” y “La caravana se siente”, el mensaje es claro: es una noche para bailar, y aunque resulte contradictorio, también para pensar. Mientras el público salta y canta, Cordera se contonea con un estilo particular que es casi una marca registrada, y a través de las letras reflexiona sobre el género humano y bucea en su interior para sacar a la luz sus grandezas y sus miserias, como si la actuación sobre el escenario resultara una suerte de espacio terapéutico.
Como lo prometido es deuda, el grupo arremete con el primer clásico bersuitero de la noche, “La Soledad”, una reversión que explota de intensidad rockera en el estribillo, y que al finalizar desata el “¡De la cabeza con Bersuit Vergarabat!” de la gente. Para el siguiente tema, el Pelado toma impulso y rememora: “cuando escribí esta canción sentía mucha bronca y rebeldía por el mundo rock. Siendo rockero, lo que más bronca me da dentro del movimiento es la veneración por la muerte. Eso hace que muchos líderes de bandas terminen haciéndose daño a sí mismos para conseguir el cariño de la gente. Muchos muriendo muy jóvenes, otros haciéndose mierda. Por eso escribí esta canción, que es un testimonio de rebeldía frente a ese amor que se le da a aquellos que no se muestran humanos”. Y ahí nomás, “Murguita del sur” levanta la temperatura del lugar, mientras sobre el final del clásico Cordera enumera: “…Che Guevara, Luca Prodan, Jim Morrison…”. Y la lista podría continuar.
El grupo alterna temas de La Caravana Mágica, como “Nacer” y “Se cae”, con canciones de Bersuit como “Otra sudestada”, con un gran solo de guitarra de Leandro Perdomo, y “Madre hay una sola”. Antes de emocionar con el clásico “Un pacto”, el Pelado confiesa: “este es un momento muy especial para mí, y estoy en condiciones de decir que, después de muchos años, puedo integrar mi historia personal, y quiero hacerlo arriba del escenario, agradeciendo a todos aquellos hermosos seres que me acompañaron en esa travesura que se llamó Bersuit Vergarabat”. Menciona a cada uno de los integrantes de su antigua banda y todos en el lugar se rompen las manos aplaudiendo. Pero frente al grito de parte del público (“Vos vas a volver”), Cordera se pone firme y marca postura: “respeto. Sólo pido respeto para todas estas personas que están haciendo música para ustedes. Bersuit Vergarabat y La Caravana Mágica son mis dos amores, y los quiero juntos dentro de mi corazón”.
La cumbia es parte esencial de los genes musicales del Pelado desde los tiempos de Bersuit, y junto a integrantes del grupo La Liga, exponentes del género en la actualidad, pone a bailar a todos con “Hablándote”, “No es que sea viejo”, “Sencillamente” (a mitad de camino entre el bolero y la cumbia), “El lisiadito” y la milonguera “Asalto de cumbia”, con una destacada actuación vocal y escénica de Stella Maris Céspedes. Por si fuera poco, el concierto tiene guardado otro momento para el recuerdo. “Vaya a saber uno si fue el mejor jugador de la Argentina; lo que sí me interesa es que él me brindó la magia y la fantasía para hacer mi música. Y quiero que todos lo homenajeemos con esta canción al maestro… ¡Ricardo Bochini!" El “Bocha”, ese diminuto gigante del fútbol, sale a escena con la pelota bajo el brazo, hace jueguitos y hasta un cabeza con Cordera, quien se las ingenia para cantar al mismo tiempo “El baile de la gambeta”. Otro cruce épico entre dos grandes pasiones argentinas.
Con una gran versión de “Mi caramelo” interpretada a tras guitarras, con hermosos arreglos, la voz del Pelado y del público se funden en una sola. El show cierra con el manifiesto y la épica de “Soy mi soberano” y la bronca e intensidad murguera de “De ahí soy yo”, con un Cordera pleno, feliz, de regreso a sus orígenes como firme sustento para continuar disfrutando su presente y proyectando su futuro.
Alegría y bronca, desmesura y sensatez, psicópata y soberano: todos estos estados atraviesan el mundo musical y personal de Gustavo Cordera. Un músico que se mostró en el show de La Trastienda cada vez más reconciliado y en paz con su pasado, incorporando la riquísima experiencia obtenida en los años de Bersuit Vergarabat a un presente que lo encuentra en un estado de experimentación permanente, junto a una banda de grandes músicos que se encuentran en perfecta sintonía con su búsqueda. Lejos de la ortodoxia rockera, pero con un pedazo de corazón puesto en el género, el Pelado se anima a la ardua tarea de lograr la libertad en todos los sentidos posibles de la expresión, con su inspirada pluma y su música como puntas de lanza.
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