Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Richard Coleman

Dejarse encandilar o no, esa es la cuestión

Cronista: Gentileza prensa | Fotos: Jose Fuño

19 de Diciembre, 2013

Dejarse encandilar o no, esa es la cuestión

El jueves pasado, Richard Coleman presentó Incandescente, último trabajo de estudio. Entre nuevas canciones, clásicos y excelentes versiones, se vivió en Colegiales una velada para un paladar refinado.

Los aplausos se hacían escuchar, la impaciencia era notoria. El público, en su mayoría personas que hace tiempo pasaron los treinta, apaciguaba sus ansias y principalmente el calor, con vasos de cerveza y fernet. Finalmente, pasadas las 21, se abrió el telón del Teatro Vorterix y Richard Coleman y su banda se hicieron presentes.
 
La lista se inauguró con “Incandescente”, canción que da el nombre y a la vez, abre la última placa editada por el guitarrista. A continuación sonó la explosiva “Fuego”, quizás, la pieza más lograda en la cual la banda se luce por completo, tocando un rock muy potente y, por momentos, con aires ceratianos. Pegada, “Es tres”, de Siberia Coutry Club (2011), primer álbum en su discografía solista. 
 
“Este es un show muy esperado”, afirmó el cantante, y a medida que avanzaba la noche, tanto la banda como su público, iban aumentando la intensidad. “Perfecto amor” y “Normal” sirvieron de perfecta introducción para una bellísima interpretación de “Héroes” junto a Walas, cantante de Massacre, la canción de Bowie que Coleman viene tocando desde los tiempos de Fricción. 
 
“La primera canción que aprendí con la guitarra ya me la olvidé, así que haré la segunda”, afirmó el talentoso frontman e interpretó en soledad con una acústica, “Neverdunozin”. ”Esa fue una letra que hice luego de escuchar New York, de Lou Reed, le robé y traduje un par de versos”, agregó.

Seguidamente, previo a un par de desperfectos técnicos, Alejandro Lerner fue invitado a tocar el teclado en los cortes “Cuestión de tiempo” y “Caja de objetos”. Asimismo, dentro de la lista, hubo un lugar para los covers: “Uno entre mil” y “Naturaleza muerta”, ambos de Cerati, para después concluir con “Personal Jesus” de Depeche Mode. 

Para el cierre, entre otros temas, los músicos se despacharon con “Tuyo” y “Memoria”, las cuales contaron con una altísima cuota de rock, fuerte presencia de la batería y por sobre todas las cosas, una participación estelar de Coleman.
 
“No siempre se puede realizar un concierto de manera gratuita, a veces, hay que pagar por la música. Gracias por hacerlo”, exclamó un entusiasmado Richard Coleman, quien demostró su jerarquía arriba del escenario, acompañado por músicos que estuvieron a la altura de las circunstancias. Poseedor de un camino y sonido propio, el cual fue forjando con el correr de los años, Coleman no sólo demostró que es capaz de editar un bellísimo disco como Incandecente, sino, además, defenderlo en vivo a pura magia en vivo. 

TxT: Lucas Pino 
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