Gogol Bordello
Tiempo de gitanos
Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos:
Gentileza prensa
Con Pura Vida Conspiracy como excusa para la visita, su séptimo disco de estudio recién estrenado, la banda se despachó con 18 canciones que no dieron lugar al descanso en la hora y media que duró el show en un Groove casi repleto que no paraba de festejar los alaridos de Hutz, que estaba enchufado a 220 e intercalaba la guitarra y una botella de vino como si nada.
18 de Septiembre, 2013
Volvió la electricidad de una banda poco conocida pero que llena Groove un miércoles de invierno.
Argentina es un país abierto a prácticamente todos los sonidos. Si llegara a venir una banda rusa menonita que vive en Japón nosotros le hacemos un Niceto como mínimo. Eso es increíble, y deberíamos estar orgullosos.
Gogol Bordello volvió al país sabiendo que lo esperaban cientos de personas que no sólo compran sus discos y pagan sus buenos pesos para verlo, sino que saltan y corean sus canciones como si en el escenario estuviera tocando Kapanga. Eugene Hutz, ucraniano de nacimiento pero que reside en Nueva York, despide energía a un público caliente y con ganas de saltar en un miércoles que parece sábado.
Se presentan como punk gitano, y no hay nada que los defina mejor: los violines y acordeones están, con melodías que recuerdan a Kusturica (como ejemplo más conocido entre nosotros) y la potencia de Manu Chao cuando se ponen eléctricos. Pero la batería descontrolada y sucia le agrega el espíritu punk que los hace tan caracteríscos.
Con Pura Vida Conspiracy como excusa para la visita, su séptimo disco de estudio recién estrenado, la banda se despachó con 18 canciones que no dieron lugar al descanso en la hora y media que duró el show en un Groove casi repleto que no paraba de festejar los alaridos de Hutz, que estaba enchufado a 220 e intercalaba la guitarra y una botella de vino como si nada.
Un buen arranque con “We Rise Again”, la bestia “Break The Spell”, y el gran final con “Alcohol”, fueron algunos de los destacados en una noche que si de algo sirvió, fue para abrirle las puertas a las visitas de otras bandas como Kultur Shock, Fanfare Ciocarlia o Asakusa Jinta, que si bien no comparten el espíritu punk de Gogol Bordello, viajan por el mundo representando las raices gitanas y su particular sonido que nos transporta a países hermosos y lejanos.
Fotógrafa: Noe Bevilacqua
Fotógrafa: Noe Bevilacqua
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