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Noiseground Festival

Día 3 - Oscuridad Doomingo

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Alan Guex

08 de Septiembre, 2013

Día 3 - Oscuridad Doomingo

El cierre de las tres veladas en el Uniclub fue coronado por lo más oscuro y extremo, a cargo de Dragonauta y Buffalo.
 

El último día estuvo encabezado por bandas pesadas y virtuosas de la ciudad de Buenos Aires, además de los shows de los brasileros Elma y los venezolanos Cultura Tres. La grilla prometía y las expectativas fueron más que superadas, y ya la apertura al mando de Manthrass y Altar, fue un buen calentamiento para lo que se venía.
 
Elma realizó una minigira por Buenos Aires durante el mes de septiembre, con paradas en La Plata, Campana y San Miguel, y el Uniclub fue la cita para el público porteño. La banda instrumental formada en el 2002 es un un cuarteto crudo, que crea pasajes progresivos que pueden ser complejos o simples. Editaron su disco Elma LP, en formato vinilo y disponible para bajar de forma gratuita. 
 
Fernando Polara en la batería, Ricardo en el bajo y Paulo y Bernardo en las guitarras, muestran una propuesta diferente ya desde la ubicación: todos un poco amontonados, con la batería bien al frente del escenario. La concentración es total y tocan como abstraídos en su mundo de sonidos. Esa abtraccion se detiene apenas cuando cortan para pasar de un tema a otro, pero ese pequeño vacío lo llenan los aplausos de quienes disfrutaban el show. Un golpe de batería en seco dio por finalizada la presentación: "Muchas gracias, somos Elma", se despidieron los brasileros.
 
Luego llego el turno de Cultura Tres, la banda venezolana de doom metal que ya había estado en Argentina en oportunidades anteriores. Formada por Alejandro Londono (guitarra y voz), Juan Manuel de Ferrari (guitarra, coros), Alonso Milano (bajo) y David Abbink  (batería), derrocha seguridad arriba del escenario.

El comienzo del viaje oscuro de Cultura Tres es con una voz en off, y los dibujos de caras y bosques en gris, blanco y negro acompañan la introduccion. "Quiero agradecer a la gente por traer el sludge metal, gracias por ser nuestra segunda casa en Sudamérica", saluda Alejandro. Tema a tema la banda demuestra su poderío sobre el escenario, la base es oscura y la voz tiene una aspereza que juega sobre los riffs machacantes. “Es Mi Sangre”, “1492” de su reciente disco Rezando al Miedo (2013) y “Purified” de El Mal Del Bien (2012) son algunas de las canciones que componen un setlist bien representativo de la banda. 

"Venimos de tocar en  Europa, y lo que tenemos aquí, no lo tienen allá, ya quisieran ellos tener una escena tan calurosa como la nuestra" enfatiza el cantante, quien demostró estar más que agradecido con todo. "No me gustan los sistemas que dividen" dice una vez más, antes de despedirse con la bien conocida "El Sur de La Fe".
 
Buffalo y el desierto: unas imágenes acompañan una sirena que suena estridente, porque llega una banda representativa del stoner local, formada por Claudio "Pastor" Filadoro en voz y guitarras, Cyto en bajo y coros y Lea en batería y percusión. Pastor, el cantante más conversador de las tres jornadas, da las buenas noches y arrancan con "Trópico", de Los días lentos (2012), "Magia Negra" (30 Días de Oscuridad, 2008) y "Vertical" (de Karma, 2005). 

La banda se apoya en los riffs de Claudio y suena fuerte y pesada, pero no se aleja de la canción, lo que concluye en un show eficiente. Se va acercando el final y el cantante juega con saber qué canciones quiere el público. "Los Arboles" y "Gratitud" preparan el cierre, y luego dejan bien claras sus influencias con un cover clasico: "Odissey" del disco Welcome to Sky Valley de Kyuss. Cuando todo parecía haber terminado, se despidieron con "Río Arriba". 
 
Para concluir la segunda edición del Noiseground llegó la Misa Negra de Dragonauta, una banda que no necesita muchas introducciones ni presentaciones, sólo basta que pisen el escenario, larguen bocanadas de humo desde sus instrumentos y desplieguen el incendio que tienen por dentro, con temas como “Frozen Neptunian Demons” y “Los siete anillos de Saturno”. 
 
Con “Nautilus 666” (del álbum Omega Pentagram, 2013) y "Poseidon`s Blood” (de Cruz Invertida, 2010) desataron lo más radical del público. Para el cierre, “Muerte y Destrucción” que ya oficia como himno, dejó a la masa en estado latente, nadie se movía esperando que reaparezcan sobre el escenario, hasta que tuvo que comenzar la música de fondo para que la gente se diera cuenta que todo había terminado.

El Noiseground Festival cerró las tres fechas de forma exitosa, y con un hasta pronto. Pasaron excelentes bandas, se cumplieron horarios, la organización demostró profesionalismo, los que asistieron repetirán el año que viene y los que no, seguramente no se lo perderán la próxima.
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