Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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The Winery Dogs

Hard Rock canino

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Baglietto

01 de Agosto, 2013

Hard Rock canino

El súper-grupo formado por Mike Portnoy, Billy Sheehan y Richie Kotzen dio su último show de la gira sudamericana, y entregó todo su virtuosismo a un Teatro de Flores casi colmado.

"Fuera de control, mis ruedas están en constante movimiento", escribía Mike Portnoy en la letra de "Constant Motion" (Systematic Chaos, 2007), la cual refleja perfectamente su obsesión/compulsión por el trabajo. Esa misma que lo llevó a irse de su máxima creación -Dream Theater- después de 25 años, y a abandonar otro súper grupo como Adrenaline Mob, después de un disco y un EP de covers, porque la agenda de sus multiples proyectos (usar google, son demasiados) así lo demandaba. Mike Portnoy en estado puro, tómalo o déjalo.

Esta nueva aventura lo embarca en The Winery Dogs ("Perros de la bodega", nombre raro viendo que MP está sobrio desde el 2000) junto a Billy Sheehan en bajo (Talas, Steve Vai, David Lee Roth, Mr. Big) y Richie Kotzen en guitarra (Mr.Big, Poison) con una propuesta basada en el hard rock, llena de arreglos a la altura de sus capacidades técnicas, a la hora de tocar. Su disco debut fue lanzado oficialmente el 23 de julio, pero el imán de estos tres músicos, logró poner el Teatro de Flores casi al palo: todo un logro...

El show comienza con Kotzen y el riff de "Elevate" y rapidamente se nota que tienen algo especial, el trío maneja a la perfección la tabla periódica musical y crea una química de esas que no se pueden fingir: existe o no, y los WD la tienen. Se divierten, tiran chiches porque el género les queda chico, y la conexión es óptima. La base rítmica Portnoy- Sheehan, tiene ese caudal de groove, al que todos apostaban, y "We are One" es la prueba.

"Time Machine" y "Six Feet Deeper", dejan ver que por las melodías y el estilo, Kotzen tomó un poco más las riendas en el momento de la composición, dejando su impronta con esos estribillos, llenos de agudos al mejor estilo Chris Cornell. Llega la hora -como era de prever- de los solos: primero va Portnoy, quien le pega a todo lo que encuentra (en su reducida batería), pero se siente raro, y termina haciendo un fill imaginario como si tuviese uno de sus titánicos kits, como diciendo "Es lo que hay": risas y ovación. Lo sigue Sheehan, quien con tapping, armónicos y links imposibles configura un solo de otra galaxia, y siguen los aplausos.

Los WD deciden autohomenajear sus carreras, exceptuando la de Portnoy, que por por una cuestión conceptual (y progresiva) queda afuera a la hora de los covers. Richie con guitarra acústica hace "Stand" de Poison, le sigue "You can‘t save me" -una de las canciones más oscuras jamás escritas- para pegarle "Shine" de Mr. Big, y para traer un poco de esperanza.

Después de una hora y media de puro hard rock, los bises "Fooled Around and Fell in Love" de Elvin Bishop y "Desire" cerraron una noche llena de talento, jams, y mucha química en el escenario. Ahora habrá que esperar a ver si la agenda de Mike Portnoy (y sus otros proyectos) no se fagocitan al "Perro de la Bodega".



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