Sopa caliente, que se le quemen los dientes

Las mesas y las sillas del bar de San Telmo se fueron poblando muy de a poco, justo antes que se abriera el telón y empezara a sonar "Mueve", el corte de difusión del último trabajo de Los Pulpas, una canción alegre y con un ritmo pegadizo. La banda saludaba, agradecía y llamaba a Pablo Rodríguez en flauta, el primer invitado de la noche. La banda sonaba muy bien: la base musical era sólida, las letras eran divertidas y la cumbia bien sintética hacía que canciones como "Sopa caliente" te cause una carcajada. 
 

La historia de los Pulpas es algo rara para el concepto clásico de banda, ya que ellos viven repartidos entre Miami, La Paternal, Los Ángeles, Pilar, Palermo y Colegiales. Claro que para el disco, las bases las intercambiaron vía Internet y se fueron agregando, acomodando, amasando  las partes, como si se tratase de una receta de cocina. A medida que los temas avanzaban, el Samsung Studio se iba vistiendo más de fiesta. Un viejo conocido en la musica fiestera cada tanto tomaba el micrófono: El "Mosca" Lorenzo de Los Autenticos Decadentes, encargado de la percusión y de la voz en canciones como "Orillita", un tema con un estilo cambombero, que no pierde la electricidad del funk. 

"Ojos en el fondo del mar" es la canción que da nombre al disco y fue una de las ultimas de la noche, antes de irse y volver, para hacer "Amarillo y blanco", canción definida como un viaje experimental; un buen viaje, con boleto de ida y de vuelta. 

 
El show duró casi una hora y repasó las trece canciones del disco, contó con invitados y con la particularidad de hacer algo distinto por el formato de la banda: por momentos son dos guitarras eléctricas y una criolla, más teclados, en otros momentos suman la percusión, la flauta melódica y la batería que acompaña a los sintetizadores. Una propuesta diferente, alegre y novedosa. El arte por sobre todas las cosas.