Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Sonata Arctica

Luna llena en Flores

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Baglietto

16 de Marzo, 2013

Luna llena en Flores

La banda finlandesa metió un doblete en el Teatro de Flores repasando sus últimos discos y algunos de sus clásicos. Fotos y crónica.

El power metal es un género que ha llegado a un punto donde no hay grises, o se lo ama o se lo odia. La gran cantidad de bandas que fueron cortadas con la misma tijera y cayendo deliberadamente de cabeza en los clichés, terminaron por lograr esta terminante dicotomía. Pero Sonata Arctica encontró una formula distinta, rompiendo los cánones del power y sin dejar de pertenecer a él, con un sonido innovador y prometedor. Es por eso que SA tiene tantos seguidores en la Argentina, los mismos que terminaron forzando una fecha extra en la agenda de los finlandeses. El grupo había salteado nuestro país en su primera gira por Sudamérica, y los seguidores perdonaron ese olvido; por eso Tony Kakko (voz) y compañía los recompensaron con esta, su tercera visita. 

La introducción instrumental de “Wildfire, Part III – Wild Town, Population 0” envolvió al Teatro de Flores en un combo de tensión y expectativa, mientras los integrantes de SA iban entrando de a uno para configurar su primer tema: “Only the broken hearts (Make you Beautiful)”. “Black Sheep” de “Silence” (2001) hizo volar al público a la primer época, donde Kakko basaba sus composiciones en el vértigo y velocidad del doble bombo, sumado al virtuosismo de la guitarra de Jani Liimatainen (expulsado en 2007) y reemplazado por Elias Viljanen. Después de ahí el quinteto volvería a dar un vuelco musical, tornando su estilo mucho más melódico y con  guitarras que compartirían el centro de la escena junto a los teclados. Y eso se vería reflejado en la conformación del setlist.

“Alone in heaven” aportó la primera balada de la noche, para seguir con algunos temas que sirven de muestra para la nueva dirección sonora, con algunos riffs más propios del hard rock ("Shitload of Money", "The Gun") y las melodías más simples alejadas de los arreglos más complejos del pasado y con ritmo mid tempo ("The day”, “I have a right”) ambas de su último álbum: Stones Grow Her Name (2012).

Al principio es difícil de detectar a Kakko en la mezcla, pero después todo se nivela, y es posible apreciar lo cristalina y eficaz que es la calidad vocal del líder, quien pone en evidencia que “alguien le robó la birra”, para después presentar a su actual guitarrista y dejarlo de cara a sus seguidores. Elias regala un solo a puro shreding, mientras juguetea con la palanca whammy.

El fragmento final del concierto compensa lo despareja que quizás fue la elección de las canciones (varias mid tempo juntas). “Losing my Insanity” con su riff neoclásico y el unísono letal que se mandan Elias y el tecladista Henrik Klingenberg, marcan un punto altísimo.

Tras rematar el solo de piano de Henrik, SA repasa una de sus mejores placas, Ecliptica (1999). Suena la power ballad “Fullmoon” y el Teatro se viene abajo, le pegan otra de su disco debut, y con “Replica”, la respuesta es inmediata y desmedida. Es entendible que los músicos quieran mostrar sus nuevas creaciones, pero viendo la reacción que producen los dos primeros discos, SA debería rever la conformación de sus setlist en el futuro.

Según las palabras de Kakko “un día estaba jugando con un sampler de banjo en el teclado y terminó siendo ‘Cinderbox‘", lo que es realmente una rareza: una mezcla de power y bluegrass, que junto a “Don’t Say a Word” conforman el epílogo, que reafirma que Sonata Arctica sigue construyendo una relación indestructible con sus fans  
 







 



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