Bersuit Vergarabat
Intimidad a sala llena
16 de Febrero, 2012
Bersuit Vergarabat realizó el primero de sus dos shows en el ND Teatro, titulado “La Revuelta íntimo”. El grupo presentó las canciones de su nuevo disco y repasó sus grandes clásicos.
Pasadas las diez de la noche, luego de la actuación del trío femenino de tango electrónico Las Rositas, originario de Córdoba, la atmósfera festiva que siempre acompaña las presentaciones de Bersuit Vergarabat se palpa en el ambiente. Pero apenas el grupo pisa el escenario, el tecladista Juan Subirá cree necesario aclarar de qué se tratarán las próximas dos horas de música: “Vamos a redescubrir canciones y a reversionar algunas otras, lo van a ir viendo a lo largo del concierto. Es una noche muy especial por ese motivo”. Apenas termina de agradecer al público, la banda comienza el show con el último tema de su nueva placa, el que le da nombre a La Revuelta (2012), una chacarera que define perfectamente la etapa post-Cordera: “Tiene que ver con revivir, tiene que ver con concebir, tiene que ver con disfrutar, cambiando siempre para seguir siendo igual”.
“No te olvides” y “La serpiente”, también canciones del último trabajo, parecen perfectas para introducir a los asistentes en el formato íntimo que Bersuit eligió para esta ocasión. “¡Parece un ensayo! Estamos muy poco acostumbrados a tocar con la gente sentada, pero lo vamos a disfrutar. Tendríamos que haber hecho un disco con lo que pasa en este momento”, dice Daniel Suárez, a cargo de la voz principal junto a Carlos “Cóndor” Sbarbati. Pero al llegar los primeros clásicos, “Desconexión Sideral” y “El tiempo no para”, algunos fans comienzan a pararse de sus butacas y transforman el teatro en el campo de un estadio, mientras el acomodador intenta que se sienten, algo en lo que insistirá más de una vez a lo largo del show.
La banda viaja veinte años hacia atrás para adentrarse en la época de su segundo disco, Asquerosa alegría (1993), a través de temas como “Los elefantitos” y “Nepore’y (Tu ausencia)”. Un golpe al corazón para los seguidores de la primera época. La selección de canciones para la ocasión resulta acertada, y Bersuit logra hacia la mitad del show que el público baje los decibeles y se acomode a la propuesta del concierto, a través de canciones como “Barriletes” y “No seas parca”.
“Vamos a pasar al sector Tito”. De esta manera Subirá presenta a Alberto Verenzuela, quien desde un extremo del escenario se mantuvo imperturbable hasta el momento, con su guitarra a cuestas. Verenzuela se hace cargo de la voz en “Ades tiempo” y la festiva “Es sólo una parte”. “Han pasado muchas cosas en este país, muchas atrocidades, mucha represión. Hay cosas que cambiaron, y otras que hay que seguir cambiando. Y de eso se trata esta canción”, sostiene el guitarrista para dar paso a “Cargamos”, una emotiva crónica de las últimas y agitadas décadas de vida en Argentina.
Bersuit invita al escenario a Las Rositas, y juntos interpretan una enérgica versión de “Perro amor explota”. La totalidad del público se pone de pie para cantar y bailar hasta el final del show, y no hay rastros del acomodador. A partir de entonces se desata una fiesta que continúa con “Cambiar al alma” y el riff de Oscar Righi como punta de lanza, “El viejo de arriba” y “La argentinidad al palo”. Luego de unos minutos llegan los bises con “Negra murguera” y “El viento trae una copla”, temas en los que los cuatro hermanos del Cóndor Sbarbati se suman para los coros. El grupo se despide, pero sus seguidores no, y cantan a capela “Señor cobranza”, como invocando nuevamente a la banda al escenario. “Vamos a tocar un tema más, ¡pero sólo para que se vayan!”, dice Subirá. Los músicos deciden regalar a los asistentes “Un pacto”, y terminar con promesas de más shows para el 2013, el año en que Bersuit Vergarabat cumple nada menos que veinticinco años de vida.
Desde el comienzo, resulta atrayente que un grupo acostumbrado a los grandes escenarios decida actuar en un espacio más pequeño y revisitar su historia musical. Y es mucho más interesante aún si se trata de una banda como Bersuit Vergarabat, con un pasado repleto de bellas composiciones, sobre todo de aquellas firmadas por el tecladista Juan Subirá y el bajista Pepe Céspedes. Si bien sobre el final de show retomó su versión de estadios, durante la mayor parte del concierto el grupo desplegó su otra faceta, más intimista y sensible, a cargo de músicos dotados de grandes capacidades creativas e interpretativas.
En esta nueva etapa, sin Gustavo Cordera como voz principal y cara visible, es palpable la energía renovada de la banda, y el vínculo con el público se mantiene intacto, como quedó demostrado en el ND Teatro. Y por si fueran pocos veinticinco años de carrera, Bersuit Vergarabat va por más.
TXT: Augusto Fiamengo
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