Cumbia de frac

La apertura del telón puso a las consolas a sonar con una intro psicodélica desde el minuto cero. Con la llegada de Kike Egurrola encargado de la batería y la percusión y de Li Saumet la líder que pone la voz, Bomba Estéreo hizo estallar al público argentino con canciones como "Caribbean power". Li empezaba a levantar al publico con palabras y la banda lo hacía con música y durante la letra de "Sintiendo", los sintetizadores invitaban a un vuelo tropical y el público no lo desaprovechaba. 

Con temas extensos, la banda imponía la fiesta con los ritmos que cambiaban de tempo, pero la voz era inestable, no era clara, estaba mal equilibrada y eso impedía entender las letras; pero lo que sí se sentía era la fuerza tanto abajo como arriba del escenario. Li jugueteaba con el publico y los músicos se demostraban cariño y compromiso con canciones como "Feelin",  donde la gente empezó a tomar protagonismo como el coro.

El público empezó a fluir con el ritmo y a utilizar el denominado jump-dancin, saltar bailando y cantando, con la letra de "Bailar conmigo", algo que volvió a verse con "Pure love", un tema intenso y extenso, dentro de un promedio cercano a los siete minutos, y la temperatura siguió bien arriba durante "Pa‘ respirar".

Li salió de escena para un cambio de ropa, y el show también viró hacia un sonido más tropical, con menos efectos de consolas. Cuando el show se  perfilaba para ser de esas noches memorables, por la intensidad y el sonido envolvente indicado para una banda de estas características, una de las consolas empezó a fallar. Un dato no menor en el tema más escuchado en Argentina, "Fuego", aquella cortina del unitario El Puntero.

Para pasar los malos momento están los amigos, y ahí apareció Pablo Lescano con su teclado blanco y la Ak- 47 pintada sobre las teclas, para imponer ese sonido inconfundible y característico de la cumbia villera. Los problemas de sonido seguían, la banda bajaba decibeles y cambiaba el ritmo hacia una balada, y entonces todos a cantar "El alma y el cuerpo".

El bajo y la guitarra eran los protagonistas, con "Lo que tengo que decir" y "Raza", de las poesías más combativas de Bomba Estéreo. Colombia se sentía en Buenos Aires, el Vorterix se había convertido en su embajada y todos deliraban al compás de la música. Para volver a usar las consolas, la banda interpretó "Pump up the Jam", el hitazo de Technotronic traducido como "Ponte bomb" y grabado para una campaña de Levi‘s.

El telón se cerró y parecía que el show había llegado a su fin, pero los actores volvieron a aparecer y pusieron a todos a bailar con un medley que empezó con "Agua salá ", una cumbia característica de Colombia, y con ese tinte sigueron las melodías hasta el final.

El show de Bomba Estéreo es un viaje musical por Latinoamérica, es un fiesta elegante, una celebración de una cultura diferente al concepto de cumbia colombiana que está instalado en Argentina. Este estilo es la sobrecarga de ecualizadores y efectos tocados por un cuarteto, y no sólo es cumbia, también es rock, reggae y rap, con aires caribeños y efectos de la música electrónica: una fiesta