Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Creed

Para sacarse las ganas

Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos: Beto Landoni

29 de Noviembre, 2012

Para sacarse las ganas

Llegó Creed a Buenos Aires y regaló nostalgia para los miles de no tan jóvenes que los esperaban hace más de diez años.

El éxito comercial obliga a aceptar un par de reglas que las bandas ya conocen de antemano: millones de discos vendidos, tapas de revistas y videoclips cool a cambio de bancarse la crítica despiadada de los especializados y agotar oídos gracias a la repetición de sus cortes de difusión en todas las radios y canales de música. Esto genera un prejuicio automático en todos nosotros. Si es comercial es fácil, feo y malo, pero por alguna extraña razón vende más discos que Radiohead.

Creed nació en un momento en el que grunge se debilitaba y el nú metal entraba en escena con una velocidad insostenible. En 1997 lanzaron su primer disco My Own Prison pero fue en el 99 con Human Clay y su "With Arms Wide Open" cuando explotaron y llegaron a todo el planeta. El sobrenatural éxito hizo que todos hablemos de Creed, para bien o para mal.

No tuvimos la oportunidad de verlos hasta el 2012, donde decidieron bajar a Sudamérica y recorrer un par de países para presentarse ante ya no tan jóvenes que escuchaban Creed en el colegio y que se sacaron las ganas de escuchar todos los hitazos de sus tres álbumes de entonces (volvieron a sacar un disco en el 2009 después de ocho años de ausencia en el estudio).

La cita obligada para todos aquellos nostálgicos fue en el microestadio de Malvinas Argentinas, donde se pudieron dar el gusto de escuchar una banda que se le pasó el cuarto de hora hace muchos años pero que tiene guardados cinco o seis hits que les generan fechas a donde vayan.

Scott Stapp y Mark Tremonti fueron la cara visible de la banda durante su época de apogeo brutal: uno, el líder y voz de la banda; el otro, el guitarrista reconocido por sus potentes riffs y melodías. La crítica despedazó en mil partes a Stapp por sus poses exageradas pero sobre todo por el timbre casi idéntico al cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder.

El show repasó sus cuatro discos, pero se concentró en hits como "Higher", "One Last Breath" y "My Sacrifice". Hubo espacio para algunos de su primer disco, quizás el más interesante en cuanto a potencia y melodías, como "One", "Torn" o "My Own Prison".

Un total de 17 canciones en una hora y media de show correcto, con guitarrazos potentes y melodías gancheras que hacen tararear hasta al más amargo. Stapp no descanzó del personaje rockstar ni un solo segundo, con miradas a la nada y mano al cielo mientras gritaba melodías demoledoras.

Guitarras Nú Metal, voz Grunge y melodías rendidoras hicieron que Creed alcance la asombrosa cifra de 53 millones de discos en todo el planeta. El éxito bajó y Sudamérica siempre se apunta a estas bandas que apuestan por nosotros porque saben que tres mil personas siempre habrá. Un campo VIP repleto dió a entender que las ganas estaban guardadas desde hace mucho tiempo y no hay placer culposo en una banda que lleva más de 15 años girando por el mundo.
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