Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Las Pastillas del Abuelo

Esto es una fiesta...

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Gentileza: Andrea Celis

18 de Noviembre, 2012

Esto es una fiesta...

Las Pastillas del Abuelo festejó el pasado domingo los diez años de vida con un show de más de tres horas a estadio de lleno en el Luna Park.

Diez años de fiesta, tanto arriba como abajo del escenario, es lo que se pregona sin dudas en cada lugar donde vayan Las Pastillas del Abuelo. Así fue el caso de este nuevo Luna Park repleto (como corría la reventa por la calle Corrientes…) que sirvió para conmemorar una fecha de festejos, cuya propuesta fue dividir las canciones en tres grandes bloques: intimidad, crecimiento y exposición. Así entonces, a medida que los temas se sucedían, las pantallas del estadio mostraban diferentes momentos. En la primera parte muchas escenas de backstage, viajes, esperas en aeropuertos y estaciones; en la segunda los shows que iban creciendo en cantidad y calidad de equipos; y la tercera con una seguidilla de entrevistas y notas de la banda en los medios masivos, especialmente en la TV.

Intimidad

Después de un amague que hizo soltar globos y cánticos en vano, la banda salió a escena tras la presentación de cada uno de los integrantes, recitada por Alberto Sueiro, el taxista que le regaló la letra de “Que es Dios?” al cantante Piti Fernández, la cual luego sería interpretada promediando el show. “Lo que no se ve” fue el puntapié inicial con su letra que envuelve todas las vicisitudes del escritor. A partir de allí, el cantante se encargó de aclarar constantemente que la intimidad será la que mande en este bloque.

Con el sonido intentando acomodarse, y con la ya clásica (y no tan buena) costumbre de que se escuche más fuerte al público que a la voz principial, “Historias”, “Enano”, “Amar y envejecer”, “Ojos de dragón”, precedieron a los primeros invitados de la noche, que serán Bárbara Silva de Mamá Chabela (“mi profe de canto”, remarca siempre Piti) y Alejandro Balbis y su murga, entonando estos últimos la conmovedora “Viejo”.

Y así entonces, para consolidar esta cuestión de la intimidad, llegan invitados de los viejos tiempos como Martín (“de las viejas épocas de Remembranza”) y su gran voz que endulza a la cubana “La casada”, y luego, el mejor momento de la noche: las pantallas muestran a un Piti melenudo y un viejo show rescatado en VHS, cuya imagen va a acompañar a la interpretación de “Mira la luz por mí”, tema aun inédito, con el detalle de que en escena aparecen los mismos integrantes de aquellos tiempos, los hermanos Cholo (La Chusma) y Hernán (Los Enviados de Thot) Sileoni, y Pato Méndez, autor de la canción en cuestión.

Crecimiento

“Este tiene mucho de intimidad y de crecimiento”, reconoce el cantante, el mismo que siempre se roba la noche con el carisma que transmite, factor fundamental en la banda, y una de las características más positivas junto a muchas de las líricas. Suena “Otra vuelta del tuerca” y el estadio se enfervoriza. En medio de esta etapa de crecimiento, Palito de Casa Vela, quien organiza el clásico 2Km por SIDA, sube a las tablas para anunciar que la banda formará parte de la próxima edición a realizarse el 8 de diciembre.

Las guitarras del Negro García López (“Donde esconder tantas manos?”) y Ale Kurz de El Bordo (“Cambios de tiempo”) son una decoración perfecta y un aderezo de rock con todas las letras, poniendo sus instrumentos bien al frente. “Que hago yo esperando un puto as?”, uno de los mejores temas de la noche, marca el cierre del bloque, para dar lugar a la exposición, y todo lo que eso conlleva.

Exposición

Durante varios tramos de la noche, el cantante se mostró bastante enojado con ciertos dichos sobre el camino transitado por la banda, probablemente referidos al cambio de fecha del show en el Club Hípico, y también al precio de las entradas para este Luna Park. Pero ese camino, más allá de lo musical y con varios errores cometidos, sin dudas termina siendo más genuino que el de muchas bandas que se jactan de serlo. "Con errores sí, pero nunca con malas intenciones", como reiteró Piti una y otra vez.

“Peldaño” con Maikel de Kapanga, abre el set y desata la fiesta. Y todos los temas tendrán algún por qué para estar aquí: “Cerveza”, el primer tema que sonó en las radios (por el que la banda ganó el concurso El Bombardeo del Demo), la signficativa letra de “Por colectora”, y la siempre áspera “Viles medios” (“así son los medios, a veces”, y claro, otras veces ayudan, y mucho).

“Cantar algo así hoy también es exposición para nosotros” se escucha desde arriba de las tablas segundos después de que termine la performance de “Gobiernos procaces”, y luego arremeten con una de las canciones que más sonó, justamente, en los medios masivos, “Tantas escaleras”.  “Que vicios tengo?” dice que esto, después de más de tres horas, llega a su fin, pero no…

Es que de exposición hablábamos, y entonces no podemos olvidar aquello de que en una época no muy lejana íbamos a cualquier boliche del interior y escuchábamos un tema, a veces remixado, a veces con base de cumbia, y otras así solo con la guitarra, una y otra vez. Y tanto tu amigo, como tu primo, o tu novia, lo tenían en la computadora. Y aquel conocido que toca la guitarra lo cantaba en algún fogón. Y la banda nunca lo editó, y hace más de cuatro años que ya no lo tocaba en vivo, y hasta incluso llegó a renegar de él. Pero es su máximo hit. Detallé único, un hit que nunca fue editado, que no goza de las completas ventajas de SADAIC. Y sí, es “El sensei”. Para que todos se vayan contentos…

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