Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Ararat

Las cuatro cuerdas de Sergio

Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos: Barbara Sardi

31 de Agosto, 2012

Las cuatro cuerdas de Sergio

El ex Natas se juntó con un ex Redondos y un baterista descomunal para formar el trio más potente de los últimos años.

Música para viajar, y no de porro ni otras drogas, sino de auto y lo más lejos posible. Ararat es para casette, que se escuche un poco feo y que la cinta se repita muchas veces hasta llegar a destino. Que sea de día o de noche, pero con este sonido que no se parece a nada a Buenos Aires. Calculo que Sergio Ch (ex Natas) lo sabe y por eso pone todas sus costumbres en los dos trabajos que creó junto a Alfredo Felitte (también Banda de la Muerte) y Tito Fargo (Sumo y los Redondos) para ampliar las ideas que presentaba en Los Natas.

A Niceto le faltó gente pero no fue ningún papelón. Está bueno de vez en cuando ver un show sin contacto físico de algún extraño y disfrutar solamente de la música, que a fin de cuentas fuimos para eso. El trabajo anterior (Música de la Resistencia) se presentó en el 2009, cuando Los Natas seguían activos, pero en Ararat Volumen II el proyecto paraleló priorizó las actividades con fechas aseguradas.

Batería, teclados, bajo y guitarras que son autónomas pero que fusionan como un reloj. Sergio forma la melodía, mientras que Alfredo sostiene los tiempos y Fargo decora las canciones que pasan desde la psicodelía hasta el noise-metal y pasajes bien oscuros. Son eléctricos hasta que Tito y Sergio agarran las criollas y se animan a las canciones que respetan el ánimo del show y todo suena bien crudo y garage, ayudado por la voz del ex Natas que funciona como un instrumento más en ese gran clima que es Ararat.

No hay pogo, ni mosh ni esas cosas: el público escucha y aplaude a tres tipos que suenan potente gracias a dos discos que asemejan sonidos con los Natas pero que acá se dan el gusto de experimentar aún más gracias a Fargo, que pasa de los guitarrazos violentos a los arreglos espaciales de sus teclados para darle todo el protagonismo a Sergio que con el bajo hace lo que quiere, lo rasguea, lo puntea y lo desconfigura para sacarle todos los sonidos posibles.

Cita obligada para aquellos que amaron a Los Natas y se quedaron con bronca con la separación, para los que disfrutan de Humo de Cairo o Poseidótica. Ararat suena potente y con muchas ideas que no se encuentran en cualquier escenario porteño.
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