Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Viticus

La noche del diez

Cronista: Gentileza prensa | Fotos: Gentileza: Leandro Baglietto

09 de Junio, 2012

La noche del diez

Viticus celebró su década de vida con un show cargado de rock y emoción en un Vorterix colmado de público. El grupo presentó su último disco, “Rock local”, repasó temas de sus trabajos anteriores y no faltaron los clásicos de Riff.
 

Afuera de Vorterix el frío congela los huesos. Pero puertas adentro del último gran proyecto de Mario Pergolini, apenas se corre el telón y suenan los primeros acordes de “Voy a pasar a buscarte”, la sensación térmica se eleva con increíble rapidez para mantenerse durante dos horas y media, el tiempo que Viticus se tomará para festejar con sus seguidores los diez años de carrera de la banda. A continuación, “Mal romance”, del tercer disco de Riff, Contenidos (1982), es el primero de varios temas del mítico cuarteto que sonarán esta noche para delirio de los presentes.

“¡Buenas noches! Es un honor estar acá, para cumplir diez años”. Vitico, con su bajo a cuestas, desborda felicidad. Canta, baila, interactúa con el público, se siente triunfante. A continuación la banda presenta “Humano” y “Euskal Herria”, temas que integran su última placa, titulada Rock local

“Este no es sólo un tema nuevo, sino que además va a cantar por primera vez Nicolás”, anuncia orgulloso papá Vitico, y le cede el lugar en la primera voz a su hijo, el talentoso guitarrista Nicolás Bereciartúa, quien inicia “Nueva mujer” con una brillante introducción de guitarra slide (por momentos recuerda al Mick Taylor de los Stones en los comienzos de los ’70) y lleva adelante con soltura su interpretación vocal.
 
“Este se lo vamos a dedicar a Pappo”, dice Vitico con una sonrisa nostálgica, y los primeros acordes de “Ruedas de metal” hacen estallar el lugar. Viticus lleva al público a 1981, año de la edición del primer disco de Riff, y se nota la emoción de aquellos que fueron parte de aquellos tiempos y hoy están presentes. Al terminar la atronadora versión, la gente corea al Carpo. Y no será la última vez en la noche…
 
El grupo intercala temas de sus tres placas anteriores, como “Autopista” y “Esta noche hay rock & roll”, con canciones que integran Rock local: “Últimamente”, “Sea lo que sea”, “Los perros ladran”. “Este tema se lo voy a dedicar a toda mi familia, que es la que me permitió buscar otra forma de ser feliz”, dice emocionado Sebastián Bereciartúa, el otro guitarrista, para presentar “Busco otra forma” y hacerse cargo de la voz líder. Vitico no deja de conversar con la gente: “Esta noche es una alegría total. ¿La pasan bien?”, y el grito del público lo confirma una y otra vez.

Como toda gran celebración, no faltan invitados arriba del escenario, y la banda invita al Vasco Uruinagüena, primer baterista del Viticus, para tocar “Ciudadano” y “Fugitiva”. Vorterix parece venirse nuevamente abajo cuando, tras presentar a Gustavo Rowek en batería y el “Chino” en bajo, comienza la intro del clásico “Sube a mi voiture”. El baterista Jero Sica deja por un momento su contundente labor en la batería y  toca la guitarra mientras Viticus, sin remera y sin su bajo, canta y se pavonea graciosamente como una versión local de Mick Jagger.

Uno de los principales atractivos de Viticus reside en sus guitarristas, Nicolás y Sebastián Bereciartúa, lo que queda comprobado especialmente cuando ambos arremeten con sus respectivos solos en el clásico de Riff  “Mucho por hacer”, y demuestran por qué son uno de los tándem de guitarras (una sutil y épica, la otra por demás filosa) más interesante del rock nacional en la actualidad. Mientras tanto, la gente corea el estribillo del tema, como recordándole a la banda que aún le queda mucho rock para entregar en los próximos años.
 
El final es a puro clásico, a pura emoción, a puro Riff: “El forastero”, “Que sea rock”, “Susy Cadillac”, “Macadam 3, 2, 1, 0…”. En “Susy Cadillac” Nicolás y Sebastián intercalan al unísono los riffs de “Hell ain´t a bad place to be”, de AC/DC, y “Bitch”, de los Rolling Stones. Queda claro que si hay un lugar en donde el recuerdo y el espíritu de Pappo se mantienen vivos, es en los recitales de Viticus. Al terminar el show, los músicos saludan una y otra vez a un público que obtuvo con creces lo que venía a buscar, y que se marcha agradecido.
 
 
Con la intensa energía que suelen desplegar en vivo, pero potenciadas en ocasión del festejo de sus diez años como grupo, Viticus demostró por qué, a base de buenas canciones y una presencia infatigable sobre los escenarios, se ha transformado en una de las bandas referentes del rock and roll en la Argentina. Pero, por suerte para ellos y sus fans, aún les queda “mucho por hacer”.   
   
 TxT: Augusto Fiamengo
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