Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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The Ting Tings

Mucho ruido y poco baile

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Beto Landoni

03 de Mayo, 2012

Mucho ruido y poco baile

Los Tings Tings visitaron por segunda vez la Argentina para presentar su segundo álbum Sounds from Nowheresville, editado en febrero de este año. Con un Groove a media asta, empezaron tarde y se fueron temprano.

La poca convocatoria que se veía venir con el recital de los Ting Tings fue amenizada con una fiesta, BUENOS AIRES SOUNDS FEST, que prometía con Djs como Fabián Dellamonica y Diego Chamorro más la participación de Mompox, alentar una venta de entradas un poco pobre.

Tras la dosis porteña de Mompox, la diminuta sombra de Katie White anunciaba el arriblo de los ingleses, media hora más tarde de lo anunciado. Ante los primeros gritos de la gente, la rubia pidió silencio, insistió y lo logró. Una vez todos callados, dieron el primer paso con "Silence", canción que también introduce su último disco.
Luego para ponerle un poco mas de ritmo siguieron con "Great Dj", canción de baile por excelencia de su primer álbum We started nothing, del 2008.

 Sobre el escenario, los roles del dúo están bien marcados. Por un lado, la cuestión de la arenga, la comunicación con el público y el ratoneo los lleva White, que es una figura muy atractiva, no sólo desde lo estético, sino también en sus movimientos: salta, grita y parece poseída por la música, es como ver a una loca linda de boliche arriba de las tablas. Cada tanto se cuelga una guitarra a la que no le tiene que poner mucho esmero, ya que con dos acordes se las arregla.

Por otro lado está Jules De Martino, que se sienta en la batería, o se cuelga la viola, o se para a tocar un sintetizador y acompaña a White con las voces. Así, solitos entre los dos, se cargan la banda al hombro.

  El repertorio del show quizás no fue el esperado, o algo no estuvo bien calculado, ya que por momentos la ansiosa espera de los hits lo hizo un poco monótono, y cuando llegó el turno de, por ejemplo. "Two Hands", hicieron una versión mucho mas de baile, que sonaba cerrada y la extendieron. "That‘s not my name" también fue un chasco, la canción es buena, pero es como si faltaran cinco para el peso, aunque aún así el público estaba contento. 
 
Para el final dejaron "Shut Up and Let Me Go", donde De Martino aclaró que Katie había traído desde Inglaterra un tambor con la inscripción "The Ting Tings" que la rubia terminó tocando al finalizar la canción.
 
Así llegaron al final: a las 12 en punto ya estaban fuera del escenario. El problema no es la banda ni las canciones, quizás sólo fue un mal día, pero esta segunda oportunidad dejó con gusto a poco al público. La tercera es la vencida, así que están a tiempo de revindicarse.



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