Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Exodus

Una buena noche para morir

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Gentileza: Leandro Baglietto

28 de Abril, 2012

Una buena noche para morir

Exodus se presentó el sábado en El Teatro de Flores para mostrar su último trabajo, Exhibit B: The Human Condition, editado en el 2010 y recorrer su amplio repertorio. El público pudo disfrutar una de las bandas más significativas para el trash metal en un show conciso y agresivo.

Un amigo preguntó ¿Exodus? ¿Siguen vivos? Es una buena consulta, teniendo en cuenta de que se trata de una de las bandas pioneras del Thrash Metal y llevan algo más de 30 años en esto. Con sus idas y venidas, la historia de Exodus no es nada fácil y hasta resulta un poco irónico que su nombre, que significa la partida o migración de un pueblo, tenga tanto que ver con ellos, una banda de la que partieron y regresaron numerosos músicos (como Kirk Hammett de Metallica en sus inicios) y también afrontaron la muerte de uno de sus vocalistas, Paul Baloff. 

Teniendo en cuenta todo esto, la vida de Exodus no ha sido un cuento de hadas. Sin embargo, sus últimos dos discos de estudio, The Atrocity Exhibition... Exhibit A (2007) y Exhibit B: The Human Condition (2010), los muestran rejuvenecidos, con canciones más extensas y composiciones más veloces y agresivas, que no tienen nada que envidarle a las bandas metaleras de estadios ni tampoco a las más jóvenes.

En Flores la espera es tranquila, quizás en parte se debe a que no hay mucha gente, aunque telonearon Tungseno, Proagresion  y Mastifal. El Teatro no se terminaba de llenar y así estuvo hasta el final, igual la gente era la justa, la que tenía que estar.

El telón se cerró nuevamente pasadas las 21:30, y con "The Ballad of Leonard And Charles" la gente pedía por Exodus cada vez con más fuerza. El guitarrista Gary Holt, único miembro desde sus inicios a la actualidad, apareció en escena para ganarse una ovación. Le siguieron Lee Altus en guitarra, Jack Gibson en bajo, Tom Hunting en bateria y el cantante Rob Dukes.

  Tras la balada, que dejó por unos pocos minutos al público impaciente con ganas de rodar, siguieron con "Beyond the Pale", "Children of a worthless God" y "There Were None", de su festejado disco Bonded by blood (1985), que marcó un camino para el Thrash Metal.

Cantande de Exodus desde 2005, Rob Dukes es un buen frotman, se nota que le gusta el quilombo, arenga todo el tiempo y con sólo girar su dedo logra que se armen burbujas y pogos furiosos y queden todos prendidos fuego.
 
Los músicos estaban más que agradecidos de estar una vez más en la Argentina y "We fucking love Buenos Aires", aclaró Dukes por si hacía falta. En la mitad del recital sacó una camarita de mano atada a un mástil y mientras cantaba empezó a filmar a la gente durante un buen rato. Luego dejó la cámara en manos del público y a modo de noticia, y como pudo, anunció que para fin de año van a sacar un DVD que seguramente incluya algunas de estas imágenes.

 Más tarde Dukes volvió a dirigirse al público: "este puede ser nuestro último show" dijo, refiriéndose a que así vive Exodus cada uno de sus conciertos, dejando todo en cada escenario sin importar para cuántas personas estén tocando.

  Para el final dejaron los clásicos para los fanaticos de antaño, tres canciones bien arriba como "The Toxic Waltz" ( de Fabulous Disaster, 1988) , "Strike Of The Beast " del mencionado Bonded by blood y se fueron con "A Good day to die", de Force of Habit, 1992.

Una vez más Exodus pasó por la Argentina y no decepcionó ni a los mas intransigentes... Ni la lluvia, ni el frío sábado opacaron una noche efectiva y cargada de buenos temas.
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