Los Alamos
Regreso a las raíces
Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos:
Gentileza: Prensa
21 de Abril, 2012
Los Alamos, la banda de indie folk que en el 2008 dio mucho que hablar, regresó a los escenarios luego de tres años para dar un show en el Salón Puerreydon.
Eran pasadas las 21 del sábado y la cola de media cuadra que se extendía por la Avenida Santa Fe tenía chicos y chicas ansiosos esperando por ver una banda de la que pocos de sus amigos entenderían qué es lo que les atrae.
Al rato, el patovica del Salón anunció con cara de pocos amigos que las entradas ya estaban agotadas. ¿Agotadas? Mierda, ¿Quienes son? Esa pregunta se repite una y otra vez desde la cabeza de una ignota de la banda mencionada.
Mariano Rodriguez, quien tocó antes como telonero pasó sin pena ni gloria, no podemos decir el motivo, quizás porque era temprano y a la gente sólo le interesaba el show que le seguía; o tal vez estaban entretenidos comprando cerveza, que para adquirirla habia que hacer una pequeña fila que llegaba hasta los baños.
El regreso de la música grabada indicó que la previa habia terminado y cada vez faltaba menos para ver a Los Alamos. El público se acomodó en el pequeño espacio que queda entre el escenario y las primeras puertas del Salón, que estaba repleto y se empezó a notar en el calor, y el ansia de cada uno de los que habia asistido.
Finalmente Peter López y compañía se hicieron presentes sobre el modesto escenario. El espacio era pequeño pero efectivo, así que los seis músicos, que no escatiman en instrumentos, se acomodaron como pudieron y dieron comienzo a la velada.
Abrieron con "Problemas" y terminaron con "Lost Alamo", que no estaba prevista. Un picadillo de sus dos discos No se menciona la soga en casa del ahorcado (2005) y El fino arte de la venganza (2008) sirvio para un setlist efectivo. El plato fuerte son ellos, como Gabriel Alejandro Sanabria, por ejemplo, quien en la pandereta puede al principio parecer un poco zonzo, pero luego pasa sin mosquearse por una trompeta y un acordeon, hasta hacerse tímidamente cargo de la voz en una de las canciones.
Otro que llama la atención es el que suele mencionarse cada vez que se habla de los Alamos y es Jonah Schwartz, quien se hace cargo de la mandolina, un norteamericano que prefirió quedarse acá dando clases de inglés y tocando con la banda antes que volver a su tierra natal con la que no coincide plenamente en sus cuestiones politicas.
A medida que se acercaba el final, la gente pedía una tras otra pero el tiempo que duró el show dejó conformes a casi todos. Para los que se quedaron con las ganas, tienen una segunda oportunidad el 12 de mayo en el mismo Salon Pueyrredón
Al rato, el patovica del Salón anunció con cara de pocos amigos que las entradas ya estaban agotadas. ¿Agotadas? Mierda, ¿Quienes son? Esa pregunta se repite una y otra vez desde la cabeza de una ignota de la banda mencionada.
Mariano Rodriguez, quien tocó antes como telonero pasó sin pena ni gloria, no podemos decir el motivo, quizás porque era temprano y a la gente sólo le interesaba el show que le seguía; o tal vez estaban entretenidos comprando cerveza, que para adquirirla habia que hacer una pequeña fila que llegaba hasta los baños.
El regreso de la música grabada indicó que la previa habia terminado y cada vez faltaba menos para ver a Los Alamos. El público se acomodó en el pequeño espacio que queda entre el escenario y las primeras puertas del Salón, que estaba repleto y se empezó a notar en el calor, y el ansia de cada uno de los que habia asistido.
Finalmente Peter López y compañía se hicieron presentes sobre el modesto escenario. El espacio era pequeño pero efectivo, así que los seis músicos, que no escatiman en instrumentos, se acomodaron como pudieron y dieron comienzo a la velada.
Abrieron con "Problemas" y terminaron con "Lost Alamo", que no estaba prevista. Un picadillo de sus dos discos No se menciona la soga en casa del ahorcado (2005) y El fino arte de la venganza (2008) sirvio para un setlist efectivo. El plato fuerte son ellos, como Gabriel Alejandro Sanabria, por ejemplo, quien en la pandereta puede al principio parecer un poco zonzo, pero luego pasa sin mosquearse por una trompeta y un acordeon, hasta hacerse tímidamente cargo de la voz en una de las canciones.
Otro que llama la atención es el que suele mencionarse cada vez que se habla de los Alamos y es Jonah Schwartz, quien se hace cargo de la mandolina, un norteamericano que prefirió quedarse acá dando clases de inglés y tocando con la banda antes que volver a su tierra natal con la que no coincide plenamente en sus cuestiones politicas.
A medida que se acercaba el final, la gente pedía una tras otra pero el tiempo que duró el show dejó conformes a casi todos. Para los que se quedaron con las ganas, tienen una segunda oportunidad el 12 de mayo en el mismo Salon Pueyrredón
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