Vicentico
El cantante popular
02 de Septiembre, 2011
Luego del show en junio con entradas agotadas, el cantante volvió al Luna Park el pasado viernes para seguir presentando Solo un momento.
Doce años atrás, Los Fabulosos Cadillacs hacían doblete en el Luna Park presentando lo que hasta hoy es su último disco de canciones nuevas, La Marcha del Golazo Solitario (1999). En una extraña decisión, una de las dos fechas contó con la presencia de butacas en el campo, algo hasta entonces inimaginable viendo a Vicentico arriba del escenario. Hoy el cantante, en su modo solista, apunta directamente a ese objetivo, logrando llenar el mítico estadio por segunda vez en tres meses.
“Ya no te quiero” es el tema que abre su última placa solista, Solo Un Momento (2010), y así comienza el show, con los dos temas que siguen en el álbum salteando al que le da nombre al disco: “Viento” y “La carta”. Sin pausa, la discografía viaja sin escalas hacia el año 2002, cuando todavía estaba fresca la disolución cadillac y el cantante debutaba con su proyecto paralelo, y suenan “Bajando la calle”, “68” y “Chalinet”, en una lograda versión que encuentra su mejor clima cuando se engancha con “Soy feliz” y llega el tramo donde las voces toman un protagonismo que remite directamente a un coro gospel.
Recién allí se produce el saludo con la gente, y el cantante da clases de frontman, en este caso bromeando con una doble personalidad con Gabriel (su nombre real) por un lado y Vicentico (artístico, claro) por el otro. Inmediatamente se escucha su nuevo hit, “Paisaje” de Franco Simone, y más tarde también sonará “Algo contigo” (en versión a piano y voz) para el deleite de las presentes y para consolidar, por si todavía alguien tiene alguna duda, que es uno de los mejores intérpretes populares que hay por estos pagos. Es que sigue habiendo quienes dicen que Vicentico canta mal, pero a esta altura, afirmar eso es como decir que Palermo es un perro jugando al fútbol mientras es el goleador histórico de Boca Juniors.
La banda que acompaña esta etapa cuenta una vez más con Dani Buira en batería, y se destacan las performances de Martín García Reinoso en guitarra y el Tano Martelli en percusión. Llamativamente no hay vientos, algo característico en los formatos que hasta ahora acompañaban a las composiciones de Vicentico.
“Llegó el rocanrol”, ironiza el cantante cuando su hijo Florián sube a tocar la guitarra eléctrica en “Luca”, dedicada al mítico líder de Sumo, banda que inspiró (e inspira) a tantas otras, entre ellas obviamente, Los Fabulosos Cadillacs. Hablando de Cadillacs, llega el bloque acústico, y es allí donde elige ubicar viejas piezas como “Siguiendo la luna” e improvisa con “El aguijón”, donde se queja porque la gente va más acelerada que él en el tempo, pero los excusa con un “yo sé por qué la cantan más rápido pero no lo voy a decir para que no empiecen a gritar”, en clara alusión al típico “solo te pido que se vuelvan a juntar” que surge en cada show de cantante solista ex integrante de banda grande de rock.
Pero acá no va a pasar, y es que Vicentico busca y logra alejarse cada vez más de Los Fabulosos Cadillacs cuando enfila su veta solista, asentándose como un cantante de música popular, y apuntando a un público bien diferente. Ya no están aquella resaca cadillac que generaba un ida y vuelta bromeando con su sobrepeso, y por sobre todas las cosas, el famoso corito de “Yo no me sentaría en tu mesa” que resonaba desde el público entre tema y tema, que hoy se confunde con aquel típico “oh oh oh oh oh” que surgió en Woodstock y que es tan común en shows como por ejemplo los de Sabina o Serrat.
Los últimos dos temas antes de los bises son los cortes de la nueva placa, “Morir a tu lado” y “Solo un momento”, y cuando la banda vuelve llega el turno de “Se despierta la ciudad”, ese temazo que es “Basta de llamarme así” (que siempre es reversionado de formas distintas) y “Tiburón”, donde se incita a la gente a pararse y por qué no, también a bailar. Tras otro amague de retirada, hay tiempo para “Vasos Vacíos” y “Se despierta la ciudad”, pero todos piden una más y el cantante acepta regalar otra solo con su guitarra. Hay amague de “Gallo rojo”, pero parece que nadie la conoce por lo que la decisión final es la histórica “Yo no me sentaría en tu mesa”.
Ah, durante todo el show se proyectaron imágenes que acompañaban a la música, pero quien escribe nunca pudo llegar a ver ninguna ya que el lugar que nos otorgaron impedía la visión de la pantalla principal. Con suerte pudimos ver el concierto.
Vicentico sigue consolidando su faceta de cantante popular a fuerza de grandes canciones y de su carisma arriba del escenario, y con ese toque rockero que llevará siempre en las venas luego de más de veinticinco años de experiencia arriba de las tablas.
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