Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Massacre

Somos todos de Massacre, de Massacre Palestina

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Beto Landoni

27 de Agosto, 2011

Somos todos de Massacre, de Massacre Palestina

Massacre presentó Ringo, su último disco de estudio, en dos fechas agotadas en el bar de San Telmo, La Trastienda.

Cuando uno va a ver a Massacre sabe con lo que se va a encontrar. Muñecos ochentosos decorando el escenario, constantes chistes de Walas sobre la actualidad entre tema y tema, una oda al skaterock, chicos y chicas que suben y bajan en un mosh parecido a una calesita y una dosis de temas clásicos y actuales. Pero esta vez en La Trastienda había algo distinto: la presentación oficial del último disco de estudio de la banda, que mantuvo expectantes a sus fans. Ringo llenó de expectativas con su primer corte difusión “Tanto amor”, que ya está catalogado entre uno de los temas del año.

Iguales pero diferentes, hoy a los Massacre se los ve bien parados, con los mismos gags como dijimos en un principio, con su Walas siempre fiel al estilo de “reina confundida de la fiesta”, lo que cambió es que se encuentran mas ajustados, seguros, ensayados en todos los detalles, los Massacre hoy no dejan nada librado al azar y se les nota.
 
El objetivo de la noche del sábado fue presentar las canciones de Ringo; y por suerte para su ferviente publico adolescente, tocaron de manera exacta un tema del nuevo disco y un clásico intercalados sucesivamente hasta completar el set list. Arrancaron con “La web del siglo” y entre los clásicos sonaron “Plan B”, “From your Lips” y “Nuevo día”. Los de la vieja escuela que se quedaban más atrás, se dieron una panzada con esos temas. “Hola, ¿todo bien? Esto es Massacre en vivo. ¡Mirá!” contó Walas y “Te leo al revés” desató el primer pogo furioso de la noche
 
La falta de vallado en La Trastienda hizo que el público tome una relevancia por momentos casi molesta. Los chicos en un mosh desordenado, subían y bajaban del escenario. Besaban a Walas, le agarraban el micrófono, le hacían reverencias, a veces podían ser entre tres o cuatro dando vueltas que a duras penas un patovica desganado intentaba sacar para que la banda pueda seguir tocando.
 
 “Con la salida del disco ha ganado la libertad, la democracia y estos fachos se van a la re concha de su madre, porque el disco esta en nuestras manos” dijo Walas, en referencia a los constantes pedidos de censura de agrupaciones religiosas que empapelaron las calles pidiendo que el disco no salga por su contenido supuestamente, sexualmente ambiguo. Y con esas palabras recibieron a “La virgen del knock out”.
 
Como en todas las últimas presentaciones, Walas trató de cuestionar a su público en un ping pong de preguntas, en el que por momentos las respuestas parecen frustrarlo. “¿Que hayamos votado dos veces a Macri, ficción o realidad?” Ese interrogante desató un balbuceo entre la gente, a lo que él cabeceó con cierta decepción.
 
 Como último tema tocaron “Lo mío no es tan grave”. Para los bises dejaron “3 walls” del disco de 1993 Sol lucet ómnibus, “Violence” del mismo disco e “Invasoras Amazonas”, del consagratorio El Mamut. “Un beso, chau” se despidió Walas tras casi dos horas de show.

El domingo por la mañana el local de La Trastienda amaneció con pintadas en rojo con inscripciones que decían: “Censura a Massacre”, “No a Massacre”, “Massacre es basura”, teniendo en cuenta la magnitud de estos hechos, queda claro que lo de la censura no fue una estrategia de marketing de la banda como se había rumoreado en algunos foros de Internet. Por la noche Walas, desde el escenario del boliche de San Telmo, respondió a lo sucedido de la siguiente manera: “Me voy a llamar a silencio. A los que hicieron las pintadas que se vayan a la concha de su madre”.

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